¿Qué podemos decir de los Presupuestos Generales de 2023? Pues para empezar que se nota mucho que el año que viene hay elecciones. Es decir, los Presupuestos no parecen basarse mucho en la realidad económica y social, sino en la realidad electoral. En el foco del gobierno 9 millones de pensionistas y 3 millones de empleados públicos o 12 millones de votos a captar y fidelizar usando para ello el dinero de todos. Es por ello que a los pensionistas se les promete una subida de las pensiones del 8,5% y a los funcionarios del 9,5%.
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En realidad, puesto que las cuentas no cuadran, es un alarde de moderación no prometerles subidas del 20% o del 50%. Porque este es el problema fundamental de unos Presupuestos que presumen de un récord de gasto «social” de 266.700 millones de euros, que están basados en la optimista previsión de que la recaudación fiscal ascenderá a 262.781 millones de euros, lo que supone un incremento del 7,8% respecto al avance de liquidación de 2022, que contarán con el apoyo de 25.156 millones de fondos europeos y de que gozaremos el año que viene de un crecimiento del 2,1%. No es ya que todas estas previsiones las haya puesto en cuestión hasta el Banco de España, sino que incluso cumpliéndose todas esas previsiones el déficit previsto es del 3,9%. O sea, aunque todo saliera tan bien como prevé el gobierno estaríamos gastando unos 40.000 millones más de lo que ingresamos. Imaginen cómo podría quedar la cosa si no se cumplen las previsiones.
La ventaja de que el Banco de España no se presente a las elecciones es que puede decir la verdad. https://t.co/oxNungljXl
— Jorge Bustos (@JorgeBustos1) October 5, 2022
Bajo todo el discurso presupuestario, por otro lado, subyace un enfoque de la realidad social típicamente izquierdista, totalmente distorsionado. Es decir, es un error conceptual y de enfoque presumir de todo lo que tienen que crecer las ayudas y subsidios para la que la gente pueda pagar el alquiler, la comida, los pañales o la luz. No es que no puedan hacer falta ayudas estatales, pero si cada vez la gente necesita más ayudas del estado para vivir es que no vamos a mejor sino a peor. Si un médico presume de todos los medicamentos añadidos y operaciones adicionales que le tiene que hacer a un paciente, es que el paciente se está muriendo. Si de lo que puede presumir un gobierno es de que cada vez paga más subsidios, cheques y ayudas porque si no la gente no llega a fin de mes, es que lo está haciendo mal y toda su política está equivocada. Es más, se corre el riesgo de que los pagos a los que no tienen trabajo asfixien a los trabajadores que tienen que financiar esos pagos con sus impuestos. De este modo se entra en un círculo vicioso en el que cada vez hay más gente que para vivir necesita recibir ayudas del estado y cada vez hay menos gente en situación de poder financiar las ayudas al estado. Porque recordemos una vez más que el gobierno y el estado no pagan nada. Son los contribuyentes los que lo pagan todo. Sostenibilidad es que cada vez haya más gente contribuyendo y menos recibiendo subsidios.
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Eso sí, tener una población cada vez más subsidiada puede servir para tener también una población cada vez más sumisa y dependiente. El que depende de un subsidio del estado para comer o pagar la luz seguramente acaba convirtiéndose en un defensor del estatalismo, y la izquierda como gran defensora del estatalismo se presenta como la receptora lógica de su voto. A lo mejor es por esto que la izquierda, aunque sea el reflejo de una realidad económica que se deteriora, se muestra siempre tan satisfecha del aumento de las ayudas y subsidios.
PRESUPUESTOS 2.023.
Tal cual.
Luego vas y le votas. pic.twitter.com/t1tohDdkEo— ARTUROTE8 🗨️💋 (@arturote8) October 5, 2022
Como ya se ha mencionado una de las claves no ya para cuadrar los presupuestos, pero al menos para cuadrar el descuadre previsto, es la ayuda de los fondos europeos. Esto significa que von der Leyen aprueba las políticas socialpodemitas. Igual que el gobierno español compra la sumisión electoral con el reparto de dinero, la burocracia gobernante europea compra a los gobiernos con el reparto de fondos. Los socialistas se venden a sí mismos como los que se enfrentan a los poderosos con puros porque machacan fiscalmente al comerciante, al inversor y al empresario español, pero en realidad se encuentran a sueldo de la Agenda de los auténticos poderosos, que son el siniestro Foro de Davos. Si Pedro Sánchez no fuera un leal lacayo de Davos, doña Ursula ya habría comparecido a decir que si los españoles votan a Sánchez se quedan sin dinero. Los 25.156 millones de doña Ursula sí que son dumping político.
Es socialismo es el juego más fácil del mundo: arruinas el país gastando sin control, y al día siguiente de perder las elecciones sales a la calle a protestar contra los recortes diciendo que tú sí protegías al pueblo con gasto social. Y así en bucle.
— Pastrana (@JosPastr) October 5, 2022
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Todo el castillo de naipes presupuestario, y con él el castillo de naipes electoral, depende de la furia de los vientos que la delicada situación económica anticipa. Si después de todo la crisis no es tan grave, a lo mejor Sánchez consigue salvar algún mueble. Pero si la crisis es grave y se derrumba el castillo, a lo mejor la estrategia socialista es intentar que nadie se presente a las elecciones contra Sánchez, porque nadie quiera tener que venir a continuación con la tijera a arreglar el socavón presupuestario que este gobierno catastrófico puede dejarnos. Por otro lado, la espectacular magnitud de todo este gasto presupuestario a lo mejor hay que interpretarla como un reflejo de la enorme preocupación que Pedro Sánchez debe estar experimentando, a la luz de las cifras, frente a su reelección.
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Un comentario
El aumento de la deuda pública es un objetivo de los prestamistas, sobre todo del Banco Central Europeo. Van der Leyen ya lo dijo: La Unión Europea tiene mecanismos para corregir las votaciones de los países, esto es, para disminuir su soberanía. Si la UE nos presta más de lo que le podemos devolver, en cualquier momento nos puede dejar de prestar y nos deja caer en el abismo. El objetivo que tienen es que vivamos endeudados hasta las orejas.