La izquierda española no está contenta con los resultados de las elecciones brasileñas. ¿Pero no ha ganado Lula a Bolsonaro con cierta holgura? ¿Cómo es que no están entusiasmados? Pues porque la situación para la izquierda presenta algunos graves problemas.
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Para empezar, Lula se ha impuesto a Bolsonaro en las presidenciales por un 48,4% a un 43,2%. Parece bastante, pero en realidad es un resultado a 2,6 puntos de trasvase del empate. O sea, si Lula baja 2,6 puntos y Bolsonaro los sube empate a 45,8. No es una diferencia tan sustancial. Pero sobre todo es que para ganar en primera vuelta había que superar el 50% de los votos, de modo que Lula y Bolsonaro se van a una segunda vuelta ellos solos mano a mano. Cualquier cosa puede pasar.
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Lo que no puede pasar, sino que ya ha pasado en estas mismas elecciones, es que el partido de Bolsonaro y sus aliados han conseguido no sólo salir reforzados sino hacerse con el control tanto del Congreso como del Senado. Es decir, si finalmente ganara Bolsonaro la segunda vuelta tendría un poder abrumador. Por el contrario, si gana Lula su poder quedará bastante limitado por la mayoría derechista tanto en el Congreso como en el Senado. Por eso la izquierda española no está contenta, pese a la apariencia de victoria del resultado el pasado domingo.
#Brasil | El Partido Liberal de Jair Bolsonaro y sus aliados se afianzan en ambas cámaras y logran triunfos clave en gobernaciones https://t.co/hSLOVCvivm
— LA GACETA (@gaceta_es) October 3, 2022
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Por lo demás interesa señalar la dureza de la situación en toda Hispanoamérica, ya que la izquierda más retrógrada y extremista se ha ido haciendo con el control de todo el continente, excepción de Brasil y Uruguay. Es por ello que Bolsonaro, el último obstáculo para conseguir un continente monocolor, se ha convertido para la izquierda global en un objetivo de caza mayor. No es que Bolsonaro no tenga sus cosillas, pero tengamos en cuenta que se mide con personajes como Petro, Maduro, Obrador, Castillo, Boric, Ortega o el propio Lula. Bolsonaro podría resultar extravagante o poco homologable en un país europeo serio, pero en términos comparativos con lo que pulula por nuestro continente hermano Bolsonaro es algo así como Top Gun.
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Tampoco estamos en España para tirar cohetes y es que, teniendo en cuenta que nuestra fauna política incluye a Irene Montero, Otegui, Junqueras, Iglesias, Echenique, Garzón, Zapatero, Lastra o el propio Pedro Sánchez, lo cierto es que políticamente en este momento estamos más cerca del nivel de Hispanoamérica que del de Europa. Y eso que Europa también está muy venida a menos.
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Prueba de lo anterior es que el PSOE y Podemos forman parte del Foro de Puebla. ¿Y qué es el Foro de Puebla? Pues un Foro de Sao Paulo con algunas inclusiones y con algunas excepciones. ¿Y qué es el Foro de Sao Paulo? Pues la unión de todos los partidos de extrema izquierda de Hispanoamérica, incluyendo el Partido Comunista de Cuba. Que el Partido Comunista de Cuba, o el PSUV de Maduro estén normalizados en el Foro de Sao Paulo, por no decir más bien que son los que controlan el Foro de Sao Paulo, viene a evidenciar que todos los partidos del Foro de Sao Paulo son formaciones de extrema izquierda con escaso respeto por la libertad y la democracia. Ni el Partido Comunista de Cuba ni el PSUV están en el Foro de Puebla, pero sí muchos otros partidos que militan simultáneamente en los dos foros. El Partido de los Trabajadores de Lula, por ejemplo. No resulta por tanto sorprendente que la relación entre ambos foros sea de naturaleza fraternal.
El Grupo de Puebla, el satélite del Foro de Sao Paulo que busca desestabilizar las democracias en toda la Iberosfera, incorpora a sus filas a la socialista Adriana Lastra https://t.co/0VL32HkcbY
— LA GACETA (@gaceta_es) December 11, 2021
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La buena noticia, como muestra el caso de Brasil, es que al mismo tiempo que por toda Hispanoamérica se expanden el comunismo y su marca blanca el socialismo, no obstante en casi todos los países gobernados por los partidos de estos foros existe asimismo una fuerte oposición. El problema con muchos de estos regímenes, como en el caso de Venezuela, es que conservan una apariencia de democracia mientras ganan las elecciones y se convierten en una dictadura cuando las pierden. Lo que desde luego está claro es que allí donde llegan al gobierno los partidos de estos foros desciende la calidad democrática. Y cuando desciende la calidad democrática se hace más difícil evacuar a estos partidos del poder por vías democráticas. El pluralismo informativo y la independencia judicial son dos de las primeras víctimas de la llegada al poder de los partidos de estos foros. Lo estamos viendo muy claramente en España, sin ir más lejos. Pero también en España crece la resistencia a la par que nos bajan la calidad democrática.
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Sería tentador concederles a estos foros la categoría de que al menos constituyeran un frente alternativo a la Agenda 2030, pero resultaría un error. De hecho, el Foro de Sao Paulo sería el escalón más básico y rupestre del comunismo, el Foro de Puebla ocuparía un segundo nivel un poco más cepillado y el Foro de Davos sería el escalón más elitista, en el que se predica una especie de comunismo homeopático. En cada lugar se utiliza el nivel de discurso que permite cada sociedad, a la par que mediante la ingeniería social se va amoldando cada sociedad al discurso, pero ese discurso siempre incluye el aborto, la ideología de género, el neomaltusianismo, el intervencionismo, el odio a la propiedad, el odio a la libertad y un estatalismo atroz.
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