En esta España diseñada por la ingeniería social progresista cada vez resulta más difícil sorprendernos con las noticias que nos depara la actualidad, pero hay que reconocer que pese a todo la actualidad lo consigue casi todos los días. Da la impresión de que la ingeniería social progresista en realidad potencia todas las cosas con las que venía a acabar, y si no véase lo sucedido en Cizur.
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Juzgan por delito de odio a dos mujeres por insultos homófobos en un asador de Cizurhttps://t.co/ciWLlQfxEw
— Diario de Noticias (@NoticiasNavarra) October 4, 2022
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Dos mujeres de nacionalidad ucraniana y paraguaya serán juzgadas este viernes en Pamplona, en el Juzgado de lo Penal número 3, acusadas de un delito de odio por dirigir expresiones ultrajantes a un varón por su orientación sexual y su origen español. La Fiscalía pide penas de 1 año y 9 meses de cárcel y multas de 2.400 euros. Los hechos ocurrieron el Día de Reyes de 2021, cuando ambas acusadas se encontraban comiendo en un asador de Cizur.
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Al besarse los dos varones delante de las acusadas, estas comentaron “mira esos dos cómo se besan, son maricones”. Las acusadas continuaron haciendo comentarios despectivos, gritando y cantando, por lo que los dos varones homosexuales les pidieron que se callaran, a lo que las acusadas respondieron que “si no puedes oír, te jodes, gordo de mierda; perdona cállate gordo de mierda, maricón tenías que ser y español tenías que ser”.
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Ya les habíamos avisado que la noticia resultaba paradójica y tenía de todo.
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Por un lado tenemos xenofobia, pero no de los españoles a los que vienen de fuera, sino de los que vienen de fuera a los españoles.
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Por otro lado tenemos comentarios machistas y agresividad verbal, pero no de los hombres hacia las mujeres sino de las mujeres hacia los hombres.
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Naturalmente en este relato tenemos en conflicto a los homosexuales, las mujeres, los gordos y los inmigrantes.
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Nótese que por ninguna parte del relato aparece el sospechoso habitual varón blanco heterosexual flaco español.
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Finalmente tenemos el delito de odio, que la sensibilidad progresista aprobó para reprimir a todo el que pusiera en cuestión los postulados de la izquierda, irónicamente aplicado sobre un colectivo doblemente victimizado como es el de las mujeres inmigrantes.
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Ya les decíamos que da la impresión de que la ingeniería social progresista en realidad potencia todas las cosas con las que venía a acabar. También da la impresión de ser cierta aquella frase, de que toda esta modernidad en la que vivimos no tendrá un castigo, sino que toda esta modernidad en la que vivimos es el castigo.
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