Hace un par de días asistíamos a un espectáculo bastante inusitado en Navarra, como es el hecho de que nada menos que 219 sanitarios de las urgencias públicas escriban en un medio local, el Diario de Navarra, una carta a la ciudadanos de la Comunidad Foral pidiendo perdón por no poder atenderles como merecen:
«Somos trabajadoras y trabajadores de Urgencias de adultos del Hospital Universitario de Navarra. Nos dirigimos a ustedes con toda sinceridad para expresar una profunda disculpa por no poder atenderles como nos gustaría. La realidad que enfrentamos día a día en nuestro trabajo es muy difícil y compleja. La falta de personal suficiente para cubrir las crecientes demandas de atención nos limita en nuestro trabajo y afecta directamente a la calidad del servicio que podemos ofrecer.»
Cartas de los lectores: 'Las disculpas de 219 profesionales de Urgencias'.
— Diario de Navarra (@DiariodeNavarra) June 3, 2025
"Nos dirigimos a ustedes con toda sinceridad para expresar una profunda disculpa por no poder atenderles como nos gustaría". https://t.co/HrAUPrpB42
O sea, que tenemos un problema.
Es preciso en primer lugar aceptar esta evidencia porque con carácter general no hay problema que se resuelva sin afrontar para empezar su existencia. Frente a los cantos de sirena y los cuentos rosa, lo cierto es que tras 10 años de gobiernos de progreso, de subidas de impuestos y de apuestas por lo público, parece que ni progresamos ni las cosas funcionan. Los ciudadanos cumplimos nuestra parte pagando, los profesionales trabajando, ¿y los políticos que gestionan el servicio? ¿Cuál es la pata que falla en este sistema?
Por lo menos el consejero de Salud, el inefable Fernando Domínguez, se ha dado por aludido. Eso sí, no lo ha hecho para asumir la responsabilidad, sino para culpar a los ciudadanos. Resulta que es que los ciudadanos, dice el consejero, abusan de las urgencias. El planteamiento del consejero es que el 40% de los casos atendidos en urgencias “eran patologías de nivel 4 y 5, es decir, patologías que tenían que haber sido atendidas en otros recursos sanitarios, en urgencias extrahospitalarias, en Atención Primaria e incluso a través del teléfono del consejo sanitario y quedarse en su domicilio porque no era necesario que le viese ningún profesional». ¿Será un complot de la extrema derecha? ¿Será un problema del RH que en el resto de comunidades nadie acude a las Urgencias sin necesidad?
Domínguez pide responsabilidad a los ciudadanos tras la publicación de una carta de los trabajadores de Urgencias https://t.co/6SGJITBn7d
— Diario de Navarra (@DiariodeNavarra) June 4, 2025
Al parecer, el consejero no se ha enterado de todas las listas de espera que padecen los ciudadanos para ser atendidos, o incluso para pedir citas o ser atendidos por teléfono. Si la Atención Primaria y las urgencias extrahospitalarias están saturadas, ¿de qué se extraña si los ciudadanos como último recurso acuden a las Urgencias? Y de que la Atención Primaria se encuentre saturada, ¿quién tiene la culpa? ¿Por qué el consejero mira a todas partes excepto a su espejo? ¿Por qué no lee la carta de los profesionales y reflexiona sobre ella salvo para quitarse las responsabilidades de encima?
Navarra, la tercera comunidad con más lista de espera sanitaria para el especialistahttps://t.co/hQRFLuBGqM
— Diario de Noticias (@NoticiasNavarra) October 16, 2024
Así pues tenemos un problema, pero para el consejero el problema son los pacientes. Según el consejero de Salud del gobierno más progresista del mundo, no son los recursos los que se tienen que acomodar al número de pacientes, sino el número de pacientes el que se tiene que acomodar a los recursos que pone el consejero. Por otro lado la labor del consejero es que si aquí hay un problema el responsable es el que sea excepto el gobierno. Por tanto tenemos dos problemas. Primero el problema, y segundo que si la causa del problema es la gestión del gobierno, el gobierno no puede aceptar ese diagnóstico ni por tanto afrontarlo para solucionarlo.
Por lo demás, si algo tiene en estos momentos el Gobierno de Navarra son recursos. Los navarros nos encontramos asfixiados por los impuestos y las arcas forales rebosan billetes. Los Presupuestos de Navarra son los más altos de la historia. Otra cosa es cómo se gestiona ese dinero. Y otra cosa más aún es a cuántas cosas se dedica dinero que no son los servicios sanitarios. A lo mejor podíamos dedicar menos dinero a construir carriles bici, o a publicidad institucional en medios afines, o al euskera, o a plataformas feministas, o a centros de menas, o a subvencionar coches eléctricos, o a tener un gobierno con 13 consejerías en vez de 8 (como en tiempos de Barcina), para poder dedicar más dinero a los recursos sanitarios que nos faltan. Pero claro, es mucho más fácil y progresista echar la culpa de todo a los ciudadanos.