La peligrosa escalada de Sánchez

Muchas veces hemos insistido en la idea de que el estado es una cosa y la patria otra. Una cosa es España y otra su gobierno. Siendo cosas distintas, el gobierno puede ir a favor de España o contra España. El asunto estaría claro si  fuéramos ocupados por una potencia extranjera, como por ejemplo San Marino, y San Marino estableciera un gobierno títere en España. En tal caso el gobierno de España no sólo no sería lo mismo que España sino un enemigo de España. Defender España no sería apoyar al gobierno sino combatirlo. Es por ello que no tienen lógica afirmaciones del tipo que pagar impuestos es un acto de patriotismo. Como si el gobierno de turno y la patria no pudieran ser antagónicos.

En este momento no hemos sido ocupados y el ejecutivo sustituido por un gobierno títere, pero casi. El hecho es que el gobierno español se encuentra intervenido por los enemigos de España. Hemos pasado de que el gobierno español les aplicara el 155 a los golpistas catalanes en 2017 a que los golpistas catalanes intervengan el gobierno y le apliquen un 155 inverso al Gobierno de España. Este es el punto en el que estamos. Eso es lo que significa, entre otras cosas, la visita de Yolanda Díaz en calidad de embajadora sanchista a Puigdemont. El Gobierno de España no es España, es lo contrario de estar con España.

El gobierno de España, al entregarse ya por completo a los golpistas catalanes y ofrecerles la amnistía y el poder, es asimismo lo contrario del estado de derecho. No hay división de poderes. No hay Justicia. Y hay unas leyes para el gobierno y sus socios y unas leyes para los demás.

Los socios de Sánchez son un selecto grupo en el que no hay una sola formación que no este fuera de la ley y que no haya que retorcer la ley para meterla dentro de la legalidad, que no sea partidaria de la liquidación de España, que no defienda las dictaduras comunistas del presente y del pasado o que no llame presos políticos a los asesinos de sus rivales políticos. El problema es que no hay países libres y prósperos con gobiernos bananeros y no hay países bananeros con gobiernos preparados y solventes. O sea, la contradicción siempre se acaba decantando por uno u otro lado. Si persistes en que un país sea gobernado por separatistas, violentos, totalitarios y zumbados, acabas siendo un país bananero, el país acaba siendo acorde con el tipo de gobierno que tiene, es sólo cuestión de tiempo.

Podría minimizarse la gravedad de la situación, pero el único ingrediente que falta en esta ecuación para entrar en una situación terminal es la violencia. Obviamente entre los apoyos de Sánchez hay socios violentos. Es más, prácticamente todos los socios de Sánchez defienden la violencia política contra sus rivales. Basta con que llamen fascistas a sus rivales para justificar la violencia contra ellos. En el momento en que los críticos con el gobierno empiecen a sufrir la violencia de los socios del gobierno, es de temer que esa violencia quede impune, y por tanto crezca y se agrave, porque el gobierno no va a enfrentarse a sus socios y a poner en riesgo el poder por defender a quienes le critican. Cuando un país llega a una situación de grave deterioro de la convivencia o de conflicto y la gente se pregunta cómo se pudo llegar ahí, la respuesta es que se llega como estamos haciendo, poniendo cada día los peldañitos que llevan ahí.

Ver al gobierno de España yendo a Bélgica a postrarse ante Puigdemont debe tener perplejos a los jueces y magistrados europeos a los que hace cuatro días España les pedía la extradición. Por otro lado les da la razón por habernos despreciado protegiendo a Puigdemont. Un juez europeo que hubiera defendido a España y ahora viera al gobierno de España arrastrarse ante Puigdemont se sentiría ridículo. La justicia europea ya fue tibia con los golpistas catalanes porque acaso todo esto ya lo veían venir. El mensaje al mundo de cara al futuro resulta en cualquier caso devastador.

La catadura de los socios de Sánchez y su postración ante ellos da por otro lado un poco la razón a VOX, que en solitario reclama la ilegalización de los partidos españoles que no cumplen con el requisito mínimo de aceptar la existencia de España. O sea, ante el hecho de que hay partidos que propugnan la descomposición de España y que si se presentan a las elecciones casi siempre hay que contar con ellos para formar gobierno sólo caben dos posturas: o ilegalizarlos o someterse a ellos. ¿Es posible defender a España como nación, el estado de derecho, la democracia y la libertad, poniendo el país en manos de los enemigos de la nación, del estado de derecho, de la democracia y la libertad? Y si nos oponemos a la ilegalización de partidos golpistas o filoterrristas, ¿cuál es la alternativa tal y como están montadas las cosas a la sumisión?

El desconcierto nacional no sólo afecta al PSOE, sino también a un descolocado PP que incomprensiblemente dialoga con Junts en paralelo a los socialistas de cara a una posible investidura de Feijóo. ¿Cómo le puede afear el PP a Sánchez su galanteo a Puigdemont si está haciendo lo mismo? Para no reunirse directamente con Puigdemont, Sánchez manda a Bélgica a Yolanda Díaz como intermediaria, y Feijóo para no reunirse directamente con Puigdemont en Bélgica dialoga con sus intermediarios en España, pero es la misma contradicción, por no decir la misma traición. Los galanteos del PP con Junts le deslegitiman para condenar los galanteos de Sánchez con Junts.

La pregunta es cuánto más se puede deteriorar en cuatro años la situación. Por un lado a nivel económico, pero sobre todo a nivel institucional. ¿Hasta dónde van a tensar los separatistas la dependencia que el PSOE tiene de ellos? ¿Cuánta más tensión puede aceptar el sistema antes de fracturarse? ¿Con qué se van a conformar los separatistas para apoyar a Sánchez cuatro años más cuando viven en una continua competición entre ellos a ver quién es más radical contra el estado español? ¿O España no puede aguantar así cuatro años más? ¿Quién va a venir a invertir a España en semejante situación? Y quizá lo más grave. Nadie vive bien oponiéndose al chavismo o al comunismo en un lugar dominado por el chavismo o el comunismo. Nadie bien oponiéndose a los batasunos o los CDR en un lugar dominado por los batasunos o los CDR. ¿Qué nos espera en estos cuatro años a quienes aún defendemos España y la libertad?

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Un comentario

  1. ¿Saben cuántos diputados socialistas honorables van a levantarse para decir NO a esta deriva totalitaria que lleva el PSOE?
    Exacto, cero patatero. Ninguno, nadie, nunca, jamás, antes la muerte que dejar de cobrar el sueldazo…
    Esto tiene pinta de ir a la catarsis por las malas, por haber creído en la bondad de los partidos que asesinaron a Calvo Sotelo, a Maeztu, a Muñoz Seca, a Melquiades Álvarez…a Yoyes o a Miguel Ángel Blanco.
    Pierdan toda esperanza, la Agenda 2030 les ha dado los instrumentos y la excusa perfecta para volver a las andadas, prepárense para lo peor, pues es lo peor lo que nos gobierna. Protejan a sus familias, y que Dios reparta suerte.

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