El Aberri Eguna más cínico y el lehendakari Hassán

Aitor Esteban, más conocido como Aitor el del tractor, es el nuevo flamante presidente del PNV. El sucesor de Sabino Arana, el número uno, el one, el bat. Lo más llamativo del primer Aberri Eguna de Esteban han sido sus reflexiones sobre un futuro presidente del PNV que se podrá apellidar García, Hassan o Popescu, pero que en todo caso su única patria será Euskadi. ¿En qué queda lo vasco entonces?

Evectivamente, el nacionalismo vasco tiene un problema para definirse. Quizá por eso es antiespañol. Le resulta más fácil definir lo español y oponerse a ello que definir en positivo lo vasco. Porque lo que defiende él mismo se rasga por las costuras en cuanto reflexionamos un poco. El problema del nacionalismo vasco es que lo vasco siempre ha sido un hecho cultural, y como tal nunca se ha ajustado a una frontera política o a una administración gubernamental. Lo vasco no es sólo la CAV. Lo vasco no es sólo Navarra. Pero sumando Navarra y la CAV lo que tenemos tampoco es lo vasco, porque es lo vasco y mucho más. Por un lado lo vasco es sólo una parte de Navarra y la CAV, y por otro todo eso que no es vasco también es navarro o también es la CAV. ¿Cómo se va a fundamentar entonces un estado político sobre el hecho de lo vasco si por un lado te falta y por otro te sobra la mitad del territorio y la mitad de la población?

Cuando Esteban dice que para un líder del PNV su única patria es Euskadi, está incluyendo a Navarra en Euskadi, o excluyendo de lo vasco a Navarra. Problema en cualquiera de los casos. Pretender por otro lado que un estado tiene que incluir a todos los vascos (¿y excluir a todos los no vascos para identificarse con lo vasco?) es como pretender formar un sólo estado con todos los blancos, o con todos los cristianos, o con todos los calvos. Ni todos los blancos tienen por qué vivir en el mismo estado, ni se puede defender algo así sin sonar bastante racista.

La única forma de no excluir a nadie y no sonar racista es abrazar la idea de que se puede ser vasco siendo negro, no hablando euskera y apellídándose Williams. ¿Pero qué es entonces ser vasco? ¿Cuál es la diferencia entre ser vasco y ser palentino salvando la vecindad civil?

Naturalmente se puede imponer el euskera como hecho diferenciador. El problema es crear el país del euskera cuando se trata de una lengua que más de la mitad de la población de ese supuesto país, mucho más de la mitad en Navarra, ni conoce, ni domina, ni mucho menos usa. ¿Cómo se puede llamar país del euskera un lugar dónde sólo el 5% usa el euskera? ¿Podría ser vasca alguna gran ciudad del País Vasco con ese criterio? Por otro lado, ¿es más vasco un negro musulmán que cree en el Califato, pero da un curso de euskera, que un castellanohablante de Sangüesa que se apellide Goñi? ¿Ser vasco es sólo una cosa que se consigue al sacarse el EGA? ¿Te dan la nacionalidad con el EGA? ¿Era vasco Unamuno? Seguramente no y por eso habla tan poco de él el nacionalismo vasco.

Y los que han considerado asesinables a la mitad de los vascos por no pensar como ellos, aunque hablaran euskera, ¿son esos los auténticos patriotas, defensores de los vascos y representantes de lo vasco? ¿Acaso te perdonaban la vida por pensar lo contrario que ellos si se lo decías en vasco? ¿A cuántos vascos puedes matar para perder el título de preso político o sacrificado mártir defensor de lo vasco?

Esto nos conduce a Pamplona y a la otra celebración del Aberri Eguna, la de Bildu, el partido liderado por el secuestrador Otegui, hombro con hombro con Asirón, el resignificador del callejero y gran bloqueador de los pamploneses en las redes sociales. Por lo visto por la mañana puedes pasear con tu secuestrador en jefe por las calles de Pamplona homenajeando a etarras y por la tarde, lleno de legitimidad moral, puedes resignificar el callejero. ¿Acaso un etarra fusilado por Franco es un santo? Si un hitleriano mata a un estalinista, ¿es un santo el estalinista? Si un estalinista mata a un nazi, ¿es un santo el nazi? ¿Tanto te repele Víctor Eusa y después te arrimas hombro con hombro con un secuestrador que ensalza asesinos delante de tu narizón? A lo mejor el pegamento más fundamental para ser un nacionalista vasco del siglo XXI no es la lengua, ni el anexionismo, ni los apellidos, ni el RH sino el cinismo.

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Un comentario

  1. No hace falta esperar al futuro para que el presidente de Euskadi se apellide Pradales Gil y el presidente del PNV Esteban Bravo, castizos apellidos burgaleses y sorianos. Estoy equivocado o ¿Euskadi sigue formando parte, como en la edad media, de la pristina Castilla la vieja?

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