A cuatro patas bajo una flameante ikurriña

El Ayuntamiento de Villava celebra las fiestas de la localidad incluyendo en su programa festivo un homenaje a la ikurriña. Así, como suena. Y efectivamente, las imágenes que ilustran el homenaje muestran a los danzaris postrados bajo la ikurriña nada menos que a cuatro patas. Postrarse ya más ante la ikurriña no cabe en la vida.

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Como todo el mundo sabe, Villava tiene un alcalde de Bildu, formación que aborrece la ostentación de banderas (siempre que sean banderas navarras, no digamos banderas navarras oficiales con sus cadenas, su corona y su esmeralda) con la misma intensidad con la que se licúa ante la presencia de cualquier ikurriña. Que a lo mejor precisamente por eso hay que poner una bandera navarra bien grande en Pamplona, mientras haya navarros que bajo una ikurriña, ante todo dignidad, se colocan a cuatro patas.

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En otro orden de cosas, pero no totalmente sin relación, el PNV ha estrenado curso político en Zarauz, hasta donde acudieron los representantes o mandatados navarros de este partido centralista vasco, a escuchar y aplaudir las directrices de Andoni Ortúzar para todos sus territorios.

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Aunque la relación puede parecer un tanto forzada, el caso es que no deja de ser curioso primero que lo que hagan Bildu o el PNV no se decida en Navarra, y segundo que Bildu no ya se arrodille, sino se ponga a cuatro patas bajo la bandera del PNV. O sea, la CAV es uno de esos escasos territorios en los que los símbolos generales son el símbolo de un partido político. Obviamente esto no suele pasar en territorios muy democráticos. Pero si ya resulta curioso que Bildu se ponga a cuatro patas bajo la bandera de su partido rival, teniendo en cuenta el feroz anticatolicismo de de este partido más surrealista se vuelve todo, teniendo en cuenta que se trata de una bandera plagada de cruces y referencias cristianas claramente explicitadas en su diseño por Arana. Es decir, los mismos que quitarían los crucifijos de todos lados se ponen a cuatro patas bajo no una sino dos cruces, “la de Dios y la de San Andrés”, las cuales significan que “bajo su emblema debemos santiguarnos para la felicidad de nuestro Pueblo”. Un simpatizante navarro de Bildu seguramente es alguien que primero no sabe nada de la historia de Navarra, pero segundo que tampoco sabe nada del origen de la ikurriña. El problema es que postrado a cuatro patas en señal de sumisión no es la mejor postura física ni moral para empezar a ponerse a pensar.

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