Lo de 1 de enero, 2 de febrero, 3 de marzo… hasta el 7 de julio San Fermín, este año lo ha descalabrado el coronavirus. O no. No al menos tanto como podría pensarse. O sea, estamos en la Fase cero preparatoria para “desescalar” hasta la Fase 1 a partir del 11 de mayo. Comoquiera que, si todo va bien, las fases de la desescalada van a a ir sucediéndose cada 2 semanas, el 25 de mayo entraremos en la Fase 2, el 8 de junio en la Fase 3, el 22 de junio en la Fase 4 y el 6 de julio en la Fase 5.
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El caso es que no hay tantas fases. Se supone que tras la Fase 3 el 22 de junio llegaríamos a la “nueva normalidad”, en la que llevaríamos mascarillas y guantes, guardaríamos distancias de seguridad, evitaríamos ciertas aglomeraciones, estaríamos arruinados, no podríamos criticar al gobierno… pero ya no estaríamos en la fase de confinamiento, podríamos circular libremente dentro del país y los comercios, hoteles, bares y terrazas, con las limitaciones que sean, estarían abiertos.
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Es decir, si todo va bien nos sobran fases para llegar a los Sanfermines en un punto que puede estar más cerca de la “normalidad” que del estricto arresto domiciliario bajo el que se decidió las suspensión de las Fiestas. Si se va a poder pasear, hacer deporte, trabajar, ir a una terraza, ir a la playa, acudir a restaurantes y centros comerciales… algún tipo de celebración tendrán que tener los Sanfermines. Es decir, si todo va estar ya más cerca de la normalidad que del arresto domiciliario, eso tendrá que tener también una traducción en la celebración de los Sanfermines además de en todo lo demás. No todo será aún normal. Habrá cosas que no se puedan hacer. Pero en esa imaginaria Fase 5 cuando ya tras la 3 habremos recuperado una cierta normalidad habrá cosas que sí se puedan hacer.
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Desde luego habrá gente por la calle vestida de blanco con su pañuelo, aunque a lo mejor lleve mascarilla. Podrá haber reuniones, celebraciones, música o procesión dentro de unos límites acordes con la situación. Y todo eso a lo mejor hay que ir pensándolo desde ya. Lo que se puede y no se puede hacer, o cómo se puede hacer. Lo que, pudiendo hacerse, requiera una cierta organización y previsión. Sería un poco extraño que en la lista ésa de las cosas que se pueden hacer y van a ir volviendo a la normalidad se incluyera todo menos las cosas que se pueden hacer en los Sanfermines. Habrá que nombrar otro comité de expertos para que analice el asunto. Habrá que determinar quizá unos servicios sanfermineros mínimos. Por su naturaleza habrá actos que no se podrán realizar aún, pero algo habrá que sí se pueda hacer o inventar. Además de encomendarse al Santo para que hasta entonces no repunten significativamente los contagios y todo vaya bien.
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