A lo largo de distintas entrevistas, la presidenta Chivite ha dejado de caer la idea a los navarros de que, en realidad, su gobierno cuatri-penta partito es una conclusión lógica, basada en las coincidencias programáticas frente a las diferencias que mantiene con los partidos de centro-derecha.
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En este sentido, Chivite ha comentado que desde el Partido Socialista “apoyamos el 75% de las iniciativas de la anterior legislatura”, o que con Bildu “en todo lo que tiene que ver con derechos, con lo público, lo social y lo sanitario, tenemos coincidencias”.
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Más allá de las declaraciones, Chivite tiene un acuerdo programático con la extrema izquierda y el nacionalismo vasco, un acuerdo que, por su tenor, lógicamente no va a sacar adelante con Navarra Suma sino con Bildu. Un acuerdo que además blinda toda la política lingüística de la anterior legislatura puesto que otorga una capacidad de veto a Geroa Bai: “Hemos firmado que cualquier movimiento en política lingüística se tiene que pactar de forma previa entre PSN y Geroa Bai”.
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Está claro por tanto más allá de toda duda razonable que el PSN va a gobernar de la mano de Bildu, y que en todo caso PSN y Geroa Bai tendrán que radicalizar su programa para obtener ese apoyo. Sobre de lo que se trata de reflexionar por tanto es en la idea de que un partido socialdemócrata como el PSOE, si es que el PSOE lo sigue siendo, tiene un nivel de coincidencias programáticas mucho mayores con Bildu que con el centro derecha, e incluso si esto es un elemento determinando para formar una alianza con la izquierda abertzale.
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Para empezar, que todas las personas de derechas coinciden más con el resto de personas de derechas o todas las de izquierdas con las de izquierdas es un mito. Es decir, en una escala en la que 1 es la extrema izquierda y 9 la extrema derecha, el 4 y el 6 están más cerca que el 1 y el 4 o el 6 y el 9.
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Además está la cuestión de la importancia de las coincidencias, frente a la cantidad de las coincidencias. Es decir, a lo mejor el PSN coincide con Bildu en el 75% de los asuntos y sólo en el 25% de los asuntos con Navarra Suma, pero ese 25% de discrepancia con Bildu incluye el AVE, el Canal y el PAI. O la autodeterminación. O la política lingüística. O la territorialidad de Navarra. O la violencia nacionalista.
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Que Bildu y el PSN coinciden en todo lo que tiene que ver con derechos, como dice Chivite, resulta también llamativo porque si por algo se caracteriza Bildu es precisamente por la negación de los derechos fundamentales a todos los que no piensan como ellos. O sea, los lugares donde gobierna Bildu no se caracterizan en absoluto por la libertad y la defensa del derecho de los ciudadanos que no piensan como Bildu a no ser agredidos, a no ser discriminados, a poder expresarse o a poder realizar actos públicos sin ser molestados. Que Chivite se ponga al nivel de Bildu en la defensa de los derechos de los ciudadanos es lamentable.
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Coincidir con Bildu o con cualquiera al 99% puede ser estar muy lejos
Llevadas las cosas a cierto extremo, por otro lado, uno puede tener una coincidencia del 99% con las ideas de otro, pero si la discrepancia del 1% consiste en que el otro piensa que deberían liquidarnos en un horno crematorio, salta a la vista que esa diferencia del 1% cuenta mucho más que el otro 99% de coincidencia.
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Bildu y el PNV están unidos no por tener muchas coincidencias, sino porque las que tienen son esenciales: la abertzalización política y lingüística, la anexión de Navarra a la CAV, la independencia.
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El PSN es el partido que quieren los nacionalistas en el gobierno no porque compartan más o menos propuestas, sino porque observan que con el PSN pueden alcanzar los objetivos que realmente les importan y ése es precisamente el gran reproche que se le puede hacer al socialismo.
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Por todo lo anterior, el discurso de Chivite no tendría demasiado sentido ni siendo cierto. Pero es que tampoco lo es. En todo caso tenemos toda una legislatura por delante para que vayamos viéndolo.
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