Existe el riesgo, un riesgo que Pedro Sánchez no corre, de que si uno no dice de sí mismo lo bien que lo está haciendo, la gente no lo note. O al menos esa es la teoría del que habla de sí mismo diciendo lo bien que lo hace. Por otro lado, insistir mucho en lo bien que uno hace las cosas cuando las está haciendo muy mal implica el riesgo de atraer la atención sobre las cosas malas que uno hace del que estaba a sus cosas con la mirada en otra parte.
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Enfrentamos lo urgente al tiempo que transformamos el futuro. Gracias a esa mirada larga y esa urgencia por resolver lo inmediato, hoy sentimos orgullo de país. España tiene a 20 millones de personas empleadas, es líder en vacunación y primer país en recibir los fondos europeos. pic.twitter.com/C8f3kHHosb
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) December 13, 2021
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Por presumir, Pedro Sánchez presume hasta de las ayudas europeas que está recibiendo del fondo de recuperación. La pregunta es, ¿por qué España está recibiendo ayudas masivas del fondo de recuperación? ¿Podríamos llamar fondo de rescate al fondo de recuperación? Y en definitiva, ¿no implica ser el más necesitado de ayuda y rescate ser el que se encuentra en peor y más agónica situación? ¿Quién nos ha llevado a esa situación? Presumir de las ayudas europeas es un poco como presumir de todos los puntos de sutura que le han tenido que dar a España por una gestión catastrófica.
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Balance desde la pandemia. Eurostat sitúa a España como el peor de la UE en recuperación y pérdida de productividad. Los 2,5 puntos de crecimiento que auguraba Moncloa por los fondos europeos son "cerca de cero". El gráfico es muy doloroso. Vía @elmundoes https://t.co/1ISK9awD54 pic.twitter.com/2jrKW45qAB
— Carlos Segovia (@carlossegovia_) December 13, 2021
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Además de las ayudas europeas en forma de fondos, hay que tener en cuenta la ayuda europea que supone la compra de nuestra deuda pública. Cuando el estado español necesita dinero emite deuda pública a un tipo de interés, sólo que esta deuda no le interesa a nadie y menos al interés que se ofrece, en consecuencia el que compra nuestras emisiones de deuda y en definitiva nos presta el dinero es el BCE. Eso sí, el BCE nos compra la deuda bajo la mencionada doble falsedad. Primero que hay compradores de nuestra deuda, o gente dispuesta a dejarle dinero al estado español, y segundo que esté dispuesta a prestárselo a un interés bajo, como si fuera un asunto de poco riesgo.
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El BCE posee el 35% de la deuda de España y el 43% de la de Alemania. https://t.co/MComSqr1oO
— CincoDiascom (@CincoDiascom) December 13, 2021
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El problema, como puede apreciarse, es que el BCE no sólo está comprando masivamente deuda española que nadie más compraría, y mucho menos a unos tipos de interés bajos, sino que esto mismo está pasando con casi todos los países de Europa. ¿Y cuál es a su vez el problema de esto? Hágase usted la pregunta de cómo consigue el BCE todo el dinero que hace falta para comprar toda esa montaña de deuda.
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Madrid y el empleo público salvan el márketing laboral del Gobierno https://t.co/G6euVIpJOz pic.twitter.com/K3JZ1po4tY
— Libertad Digital (@libertaddigital) December 5, 2021
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Efectivamente, los burócratas del BCE no compran la deuda de los estados europeos con su dinero, ni con el dinero de sus accionistas o de sus partícipes, sino que simplemente el BCE “imprime” el dinero. Pero no un poco de dinero, sino ahora mismo cantidades bestiales de dinero. ¿Y qué pasa cuando los bancos centrales imprimen dinero? Pues que el dinero pierde valor. Es decir, aumenta la inflación. Para pagar algo que antes costaba 100 euros ahora hay que pagar 110. ¿Les suena de algo esta situación?
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🇪🇸⚠🇪🇺 El alto paro y la inflación disparada han situado a España al frente del 'índice de miseria' más alto en la UEhttps://t.co/kPa7TZrni8
— Onda Cero (@OndaCero_es) December 1, 2021
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Desde luego podría alegarse que la inflación que se está produciendo en estos momentos está causada por una crisis energética o por una escasez de suministros derivada de los parones pandémicos y es verdad, pero no toda la verdad. De hecho toda la verdad es peor porque a todo lo anterior, que es cierto, hay que añadir el efecto inflacionista de la impresión salvaje de dinero por parte del BCE. ¿Resulta por tanto inevitable un cataclismo económico y una crisis inflacionista o deflacionista? En realidad la respuesta es que sí. De lo que no se puede estar seguro es de que el cataclismo se vaya a producir ahora. A lo mejor el cataclismo es mañana. Lo que tenemos claro es nuestra velocidad, nuestra dirección y el muro que tenemos en nuestro camino, y lo que no sabemos exactamente es la distancia hasta el muro y por tanto el tiempo de impacto. También sabemos que conforme hacemos cosas para aumentar la velocidad aumenta el grosor del muro. ¿Y cuál es el papel de Sánchez en todo este marco? Pues es el tipo que presume de la luz de su cerillita junto a una piscina de gasolina.
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Un comentario
Supongamos que mañana hay un cambio de gobierno incluso pacífico de tal modo que la izquierda no utilice a la extrema izquierda para quemar las calles. Ese nuevo gobierno empieza a curar la herida…¡Hay que echar alcohol que pica bastante!