Novela escatológica de batalla espiritual. Aunque en modo laico se le podría definir de muchos modos y maneras, novela de intriga y misterio o negra policiaca,creo que le va más el primer epíteto. Se lee de un tironcete o de dos si son chiquitos.
El protagonista es un cura que cree y vive lo que predica en un entorno “Barcelona 2021” con todo lo que eso implica, y a su alrededor hay una serie de extraños sucesos y crímenes truculentos envueltos en un aroma de misterio.
He de reconocer que compré el libro en cuanto vi al autor,al que sigo con detalle en todas sus iniciativas. Jaume Vives es un signo de esperanza y ejemplo de acción metapolítica y metacultural en todos sus estilos.Y como en su novela,es un rebelde con causa de la batalla espiritual.Lo compré el mismo día que salió, porque el autor y la editoral Libros Libres eran como un doble check de calidad y garantía.
El padre Joan tiene retazos de otros presbíteros literalizados como el padre Brown, el famoso detective de Chesterton, o el célebre Don Camilo de Giovanni Guareschi, siempre al pie de su parroquia. Pero al menos a mi, me recordó especialmente al padre Logan encarnado por el inefable Montgomery Clift, en la peli «Yo Confieso» de 1953 de Hitchcock ,a su vez inspirada en una obra francesa de 1902.Logan es sospechoso de un crimen,lleno de intriga y misterio, sufrimiento del inocente acorralado donde la racionalidad no es suficiente para vivir con paz unos sucesos que le desbordan y solo con Gracia de la Fe es llevadero.
Y todos ellos con sotana como Joan, demostrando que vivir abierto a las periferias y a la gente realmente necesitada de afecto y comprensión (pastoral penitenciaria…pandilleros y gente alejada) no está reñido con la ortodoxia doctrinal sino todo lo contrario. El padre Joan no es un moñas,pero si pierde la interioridad se mundaniza como todos.
Es además una loa a la amistad como don espiritual y fortaleza humana. Un elogio de las cosas sencillas que diría Pemán y en general de la formas de vida testadas por la tradición -que es innovación constante- frente a un entorno anticrístico donde se procura dejar al individuo sin familia, sin amigos, sin raíces. En la novela se refleja muchas de las banderas personales del autor como el gusto por la gastronomía como Dios manda, una oda a la cocina, los guisados, la carne asada y todo lo que ello implica de compartir y de dedicación frente a la nueva vida-comida basura.
Si alguna crítica pudiera hacerse es que quizá se quieren introducir muchas ideas demasiado mascadas de fondo en pocas páginas, algo que dado que no será su última novela no era necesario quizá, pero eso el autor no podía saberlo y es lógico que las pusiera.
Y como cada uno tenemos nuestras pedradas,quizá he echado de menos cánticos de sobremesa en grupo como paraguas natural y medida anti apostática, pero lo digo solo por enredar.
Es en definitiva, una joyita y lujo para tiempos recios. Un ejemplo de cómo afrontar sin miedo estos aires de tribulación haciendo el cada día con fe y esperanza. No se lo pierdan.