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Hay un piloto de alarma que viene advirtiéndonos hace tiempo de un evidente problema. Los datos recién publicados por el Instituto Navarro de Estadística confirman la persistencia e incluso el agravamiento del problema. El índice sintético de fecundidad cayó en 2012 a 1,46 hijos por mujer, confirmando una tendencia que se viene produciendo desde los años 80. ¿Y qué nos importa? Pues bastante.
Una índice de fecundidad de 1,4 hijos por mujer significa que a cada 100 navarros de una generación sólo les sucederán 70 navarros en la siguiente generación.
A esos 70, sólo les seguirán 49.
Y a esos 49, sólo 34.
En cuatro generaciones, los navarros podrían convertirse en una especie en extinción.
Como todo el mundo puede comprender, algo así tiene una repercusión directa sobre las pensiones. ¿Cómo va a mantenerse un sistema de pensiones piramidal basado en que hay más población trabajando que cobrando una pensión?
Si la pirámide de población se estrecha por la base y nos encontramos ante una población envejecida esto también va a tener una repercusión inmediata sobre los crecientes costes sanitarios.
Si la población se reduce también existirá una previsible repercusión sobre la vivienda, la sostenibilidad de las universidades o el números de eroskis. ¿Cuántos pasajeros pasarán por el Aeropuerto de Noáin si la población navarra se reduce a la cuarta parte en cuatro generaciones? ¿Cuántos pasajeros tendrá el AVE de Pamplona a Castejón, si es que llega a construirse en menos de cuatro generaciones?
Si Navarra encoje, habrá consecuencias.
Por otra parte, los nacimientos de madre extranjera alcanzan el 19,6%, siendo la mayoría de mujeres procedentes de Marruecos.
Ahora celebramos la Navidad, pero en cuatro generaciones a lo mejor las escasas navarras que queden llevan velo y celebramos el Ramadán. Y los lectores del Diario de Noticias, en vez de «agur» y «aúpa» , acaben diciendo “salam aleikum». No es quizá a donde vamos a llegar, pero sí al menos hacia donde nos estamos dirigiendo con este rumbo.
Sin prejuzgar este resultado, por población y costumbres la Navarra del siglo XXII puede acabar pareciéndose bastante a la Navarra del 800, pero con ay-fons.
6 respuestas
Que nadie se preocupe que la nazionalprogresía y los progretas en general ya han dado con la solución. Como apunta NC la tasa de natalidad de las marroquíes es mucho mayor que el resto; ¡traigamos 100.000 para que suba la natalidad!
Pero sabemos ya que estos tontos lo hacen porque piensan que les van a votar a ellos…y lo hacen. Al principio. Luego ya se votan a sí mismos. Pero ya es demasiado tarde.
Aunque algunos, en su odio infinito a su propia cultura y civilización, les da igual. Prefieren el juguete roto si no está en sus manos. De Salomón hasta hoy, ni han aprendido nada.
PREOCUPANTE.Si somos escasos 600.000 navarros y a duras penas podemos pagar nuestros servicios ,es fácil ver el futuro que nos espera reduciendo la población.Pero señores políticos seguir subiendo los impuestos y seguir enrareciendo el clima social de Navarra para que además de no nacer niños otros se vayan marchando a otras comunidades con mejor futuro.
Se ayuda todo y más para que aborten,o lo que es lo mismo,matar,desde la Administración maricomplejines progre,pero para crear,para nacer,para las nuevas vidas,nada de facilidades.Sres políticos,NO DAIS UNA,que mediocridad,TODOS VOSOTROS! Eso si,para cobrar las dietas MÁXIMAS os ponéis a hacer cola en un santiamén! De vergüenza.A fomentar la vida,inútiles!
Solución de los contertulios habituales y amantes de la cultura patria española y de las Jons, de NC .
Hagámonos todos del Opus y a procrear como conejos, como el dinero lo traerá a casa la obra ( amén ) no tendremos problemas de crisis ni nada de eso.
Pero si nos hacemos todos?? Quien va a ser el tonto al que le vendamos nuestras medicinas y estudios oficiales??.
Por dios!! Nos van a hacer falta una gran mayoría que no sean de los nuestros. Esa idea no nos sirve.
No se preocupen, que ciudadano caña y navarrisimo van a fornicar como tigres para que el espíritu navarro-español-católico-apostólico-roucovalerista no desaparezca ( si son solteros, da igual, como los curas ).
También podemos boicotear los cargamentos de condones con alfileres.
Los lectores de NC llamamos a las Cruzadas contra el infiel ribero que sataniza nuestra cultura, obligamos a leer el Ario de Navarra como único medio para mantener nuestra cultura católica .
Luego dicen que nuestros comentarios son agresivos,que hay que censurar,le lloran al director de Navarra Confidencial,por favor señor director,búa búa búa,que dicen de los asesinos etarras que son malotes,que los profesores detenidos por pertenecer a ETA y compañía,dice NAVARRISIMO que son lo peor.Y llega Hemengo y co y se explayan a su gusto contra ciudadano and me.No voy a pedir la censura de los nenes Nazionalistas al director,pero te aseguro que ni soy del Opus aunque les tengo más apreció que a ikasle Aberzaleak,y no soy de las Jons,aunque los prefiero antes que a las Peñas Sanfermineras,excluyendo a Mutilzarra,por supuesto que es la única Peña como tal de San Fermín.Hemengo tomate la pastilla,que para tener familia numerosa no hay que pertenecer al Opus.También hay burrutus que procrean como ratas.
Efectivamente. Y tan sólo para completar lo dicho en el artículo y en los comentarios: la pérdida de la cultura es grave. Pero la extinción física de tu estirpe es el desastre biológico definitivo. El fin del juego, en términos naturales. El destino del dodo.
Lo menciono en voz alta porque todo lo demás (la «civilización») es secundario y está al servicio de lo primero. Pero siendo obvio, no hay valor para decirlo. Quizás con estos pequeños actos de rebeldía y sentido común nos vuelvan a crecer los cojones a todos. Se insinúa pero no se dice. Se amaga pero no se pega. Y todo sigue siempre igual.
En cuanto al tal Hemengo… supongo que «la solución» para él es un poco más de lo mismo. Las mismas doctrinas triunfantes del comunismo cultural plutócratico, esa maravillosa síntesis de lo peor de cada casa que nos gobierna. Los últimos doscientos años ha funcionado de maravilla, especialmente los últimos cincuenta. Sigamos por el Sendero Luminoso…