Es muy difícil que la economía levante cabeza y retome la senda del crecimiento con firmeza si en todo lo que piensan nuestros políticos todo el tiempo es en subirnos los impuestos.
Es decir, en bajarnos los sueldos.
No sólo es que estamos estancados, sin crecimiento y sin empleo. Es que además los ingresos fiscales, a causa de lo anterior, continúan cayendo.
Hace ahora un año que la oposición, haciendo uso de su mayoría en el parlamento foral, aprobó una notable subida de impuestos.
¿Resultado? Este año estamos recaudando menos que el año anterior.
¿Moraleja que han extraído los políticos? Pues que hay que subir todavía más los impuestos.
La penúltima ocurrencia de nuestra clase política es un impuesto sobre los depósitos.
Es decir, un impuesto sobre el dinero que tiene usted guardado tranquilamente en el banco.
Decíamos que nuestros bienamados políticos nos han lanzado el impuesto a los ciudadanos y allí nos las apañemos si lo acabamos pagando nosotros o los bancos. Y es tal cual.
Lógicamente, para las entidades financieras es un nuevo coste que intentarán repercutirlo sobre los clientes.
Hay que ser comunista, como el partido que presentó la ocurrencia, para tratar de impedir esto añadiendo una coletilla a la normativa determinando que no se podrá “en ningún caso, repercutir a terceros la cuota de este impuesto”.
Por un lado es de una ingenuidad absoluta.
Incluso Juan José Lizarbe admite que es dudoso que el impuesto sobre los depósitos no lo paguemos al final los clientes porque la banca tiene “una tendencia viciosa a repercutir en los clientes absolutamente todo”. Así y todo, creyendo eso, con toda probabilidad Lizarbe votará por imponernos el nuevo impuesto.
La propia IU sabe del riesgo de que el impuesto lo acabemos pagando los depositantes, o no incluiría una claúsula prohibiendo repercutirlo. Lo increíble es que IU se piense que el riesgo se anula incluyendo una claúsula que lo prohíba.
Prohibir que el impuesto tenga repercusión sobre terceros, por otra parte, es un imposible metafísico. En alguna parte tendrá que repercutir.
Por ejemplo en las comisiones que pagamos los clientes.
Y si no, en los intereses que nos pagan los bancos por nuestros ahorros.
Pero hay mucho más.
¿Qué pasa si un banco no tiene beneficios? ¿Cómo paga el impuesto? ¿Lo rescatamos poniendo el dinero que nos tiene que pagar?
Nos quejamos de que los bancos no dan crédito, pero les metemos la tijera en el dinero que tienen para dar crédito: el dinero de nuestros depósitos.
Otra forma de repercutir el impuesto: cobrar más intereses a los que pidan un crédito. ¿Nuestros políticos no piensan en estas cosas o es que ni ahorran ni necesitan créditos?
Es un impuesto sobre los depositantes, pero nuestros diputados lo bautizan pomposamente como “impuesto sobre la banca” y ya tenemos a la mitad de los depositantes saltando de alegría sin sospechar la que se les viene encima. Nuestra compresión lectora mejora, pero no tanto.
Oh, sí, nuestros políticos son maravillosos.
Recemos para que La Rioja, Aragón y la CAV implanten de inmediato este impuesto, o el que pueda elegir abrirá su cuenta en estas comunidades en vez de en Navarra.
Evidentemente, una pobre pensionista con cuatro perrillas en el banco y sin un máster del IESE no será la primera en marcharse. Los primeros en buscar alternativas serán los grandes capitales y las empresas. Aquellos que tienen los medios y el conocimiento. Obviamente la mayoría de los ciudadanos normales seremos los que palmaremos. Dice Nuin que serán pocos los que lleven sus depósitos a otra comunidad para evitar el impuesto. No dice que esos pocos no serán los abuelos, los curritos ni los pardillos que le votan. Por si acaso, Izquierda Unida debería haber prohibido también abrir cuentas en otras comunidades. Y de paso los despidos, los cierres patronales y la calvicie.
Otro maravilloso efecto secundario de penalizar los depósitos es estimular la inversión en instrumentos especulativos, ya sean acciones, bonos, inmuebles o cualquier otro instrumento que no sea un depósito.
¿Se dan cuenta de que antes de la crisis no existía un impuesto sobre los depósitos, que hace unos meses era una especie de figura retórica al 0% creada por Montoro, que luego nos dijeron que sería el 0,1% ó el 0,2% y que la propuesta de IU ya prevé un impuesto del 0,5%? ¿Hay algún impuesto que baje? ¿Cuánto será dentro de 25 años? ¿El 20% de los depósitos?
La causa de la crisis y la persistencia de nuestra ruina cada vez se hace más evidente: los políticos.
5 respuestas
Que nadie se preocupe porque la solución es fácil : que nuestros iluminados parlamentarios gestionen las relaciones de los bancos con los clientes.Por cierto y como muestra un botón ¿a qué precio está el dinero en el BCE y a que precio lo prestan los Bancos españoles?¿Es posible que exista un diferencial de 7 puntos?Mecachis y nuestros parlamentarios sin darse cuenta.
La culpa final de que este impuesto finalmente vea la luz son las CCAA. Algunas ya lo habían puesto en marcha. Pero casi todas ansiaban echar mano a más dinero de los contribuyentes.Madrid no. Madrid rebaja impuestos y sube puestos en el Informe Pisa. Copiemos a Madrid de una vez. Copiar lo bueno es bueno. Fuera complejos. Siempre hay Esperanza. Con E mayúscula.
El Impuesto sobre Depósitos Bancarios no es nuevo, sino que lo implantaron previamente Extremadura, Andalucía y Canarias. A fines del año pasado Cataluña se «subió» al carro y aprobó el 17 de diciembre un Decreto-Ley por el que se establecía el citado impuesto, una vez que el Tribunal Constitucional avaló la constitucionalidad del impuesto extremeño, lo cual sirvió al Sr. Monago -recuerden- para pagar la extra de Navidad a sus funcionarios.
Asturias, de forma harto chapucera, intentó colarlo en la Ley de Presupuestos del Principado para 2013.
No obstante, tanto los intentos catalán como asturiano están recurridos ante el Tribunal Constitucional.
La razón no es otra que el Estado (sí, el Sr. Montoro) creó el mismo impuesto el día 27 de diciembre de 2013, con una diferencia: que el tipo de gravamen era el 0%. Con lo cual dada la preeminencia del Estado, el resultado fue la supresión de los impuestos autonómicos (los tres primeros) y la compensación por parte del Estado por la pérdida de recaudación. Con lo cual, España tiene un impuesto sobre depósitos bancarios al 0% (no recauda nada) pero tiene que compensar a Canarias, Andalucía y Extremadura por la pérdida de recaudación (un negocio redondo para las arcas estatales, que, por cierto, nutrimos en la medida de nuestras posibilidades mediante la aportación económica prevista en el Convenio.
En comparecencia parlamentaria, el Sr. Montoro anunció que posiblemente establecería un tipo simbólico del 0,01%, cosa que no se ha producido.
Teóricamente es un impuesto directo (no cabe repercusión en sentido jurídico) pero no se preocupen que por la vía fáctica (los bancos son grandes inventores en el descubrimiento de comisiones que sólo «se comunican» al Banco de España)se arreglarán para que no merme mucho su cuenta de resultados.
En el caso de Navarra, no sabemos que hará el Estado (recurrir o no), porque cabe estimar que el Convenio ampara la potestad foral.
Y, desde el prisma económico, es evidente también que algo se inventarán para que no haya «depósitos» sino otro producto financiero, como apunta NC, para eludir el pago del impuesto.
¿Qué es eso que se oye caer por el desague? Ah si.. la competitividad fiscal navarra, que va mezclada con la vergüenza de nuestra clase política. Esta comunidad necesita sacudirse a esa casta de pulgas, además de empezar a oir, repetidamente, la dura verdad: Navarra gasta demasiado , la administración foral es demasiado grande para la masa de población y el tejido empresarial que tenemos, tejido que, por cierto, no crece bajo una pesa de impuestos.
Cuannto mas gordito este el cerdo de la deuda foral, mas agusto se celebrara el matatxerri vasco. La administración foral fuera de control es el caballo de troya vasco
Navarra, Despierta!!
Pues está claro. Se abre una cuenta en Hendaya y aquí paz y …….navarra sin la pasta. Esto es como lo del Gobierno; recortes, menos consumo más impuesto, otra vez menosconsumo y así sucesivamente. Solución…… lo contrario de lo que se está haciendo. Más impuestos… menos consumo…otro impuesto al dinero..la pasta a otra provincia u otro país.