Con ocasión de una entrevista concedida a Efe, la presidenta Barcos ha vuelto a expresar una vez más su criptomagmática visión de los violentos y las violencias. Así, respecto a la paliza en Alsasua a dos guardias civiles y sus mujeres, Barcos aboga por tratar de entender “el porqué y el dolor del adversario, de quién está enfrente y de quién ha sufrido”, para avanzar por una senda en la que se eviten sucesos como el de Alsasua, “absolutamente inaceptables”, pero sin caer “en la sobrealimentación, en la sobreexcitación de un entorno que ya no es”, porque ETA “ya no actúa”.
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A juicio de la presidenta la agresión en Alsasua no se debió a que exista odio a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado porque “Si fuera así, no hubiéramos visto otro tipo de adhesiones, como la que se vio a los dos días frente al cuartel de la Guardia Civil”.
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Barcos admite, sin embargo, que “hay quien sigue sin ver con buenos ojos” por cuestiones “tan dramáticas” como el caso de de Mikel Zabalza, muerto en extrañas circunstancias tras ser detenido. La presidenta comparó el “enorme disgusto” de algunas personas por la presencia en Navarra de la Guardia Civil con el recelo que existe contra los nacionalistas porque ETA “decía actuar en nombre de aquellas tesis”. La presidenta remató la comparativa asegurando que “A mí me ocurre. No recibir una paliza, pero sí recibir una bofetada sonora por parte de la viuda de un guardia civil cuando me identifica. Y lo comprendo”.
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Las palabras de Barcos han suscitado una comprensible polémica, puesto que son muchas las cosas dichas por la presidenta que podrían ser rebatidas.
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Empezando por lo último, nadie justifica los excesos policiales ni el GAL. En cambio, hay quienes no condenan a ETA. No sólo hay quienes no condenan a ETA o los sucesos de Alsasua, sino que son sus socios en el cuatripartito. Uxue Barcos gobierna gracias a ellos y hay quien piensa que a su dictado. No es la viuda de una víctima de ETA quien abofetea a Uxue Barcos sino la realidad, la viuda se limita a señalar esa evidente realidad. Uxue Barcos confunde por tanto las cosas cuando dice que una víctima le critica por ser nacionalista. La realidad es que le critica por gobernar de la mano de quienes no rechazan el asesinato del que esa persona es víctima. Si de algo han servido los últimos sucesos en Alsasua ha sido precisamente para evidenciar que la izquierda abertzale sigue sin condenar a ETA y sin cambiar de actitud respecto a la violencia en cuanto esta rebrota. Dice Barcos que ese entorno «ya no es», pero sí que es. Hay muchos niveles de violencia activos entre la paz y el tiro en la nuca.
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Aunque no es cierto que a Uxue Barcos se le mezcle con los violentos por el mero hecho de ser nacionalista, lo cierto es que es más bien la presidenta quien trata de dividir el mundo entre quienes estaban con la ETA y quienes estaban con el GAL, apelando a que ambas partes vean el dolor y el sufrimiento de la parte contraria. Evidentemente no sólo es que esta división es irreal, sino que además es injusta y maliciosa.
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Si hay que dividir la sociedad en el bando de los que estaban con ETA y el bando de los que estaban con el GAL, ¿en qué bando estaba Uxue Barcos? ¿En el de ETA? ¿En el del GAL?
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Si hay un tercer bando de la gente que no estaba ni con ETA ni con el GAL, sino con la libertad y el estado de derecho, en el que de hecho está casi todo el mundo, entonces que Uxue Barcos deje de hablar de los unos y de los otros y de las violencias de unos y de los otros como si todo el mundo (menos ella) estuviera con los unos o con los otros. La inmesa mayoría no está ni con los unos ni con los otros. De los crímenes de los GAL sólo son responsables los que personalmente montaron los GAL. Unos crímenes que por cierto repudia todo el arco parlamentario, a diferencia de los de ETA. Cuando algún mermado hace unas pintadas o amenaza al alcalde de Alsasua, todo el mundo las condena. Sólo respecto a la violencia de un lado, para vergüenza de ese lado, no hay unanimidad en la condena.
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El resto de declaraciones de la presidenta tienen si cabe todavía menos sentido. Por un lado habla del “enorme disgusto” de algunos contra la presencia de la Guardia Civil, mientras que por otro niega que la paliza de Alsasua sea resultado de un clima de enorme disgusto por la presencia de la Guardia Civil. Negar la relación entre el odio a la Guardia Civil y la paliza a dos guardias civiles en un pueblo en donde hay hasta organizaciones en contra de la presencia de la Guardia Civil es como negar la relación entre el odio y la paliza a dos negros en un lugar en el que hay hasta organizaciones en contra de la presencia de los negros en el pueblo.
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Más absurdo aún: Barcos deduce del apoyo de unos concentrados a favor de la Guardia Civil que no puede haber otros que odien a la Guardia Civil. Sin más, no tiene lógica ni explicación.
Interesa también recordar que efectivamente hay una parte de la sociedad que odia a la Guardia Civil, pero también odia al PNV, a la UGT, al PSN, a UPN, y a todo lo que no sea esa parte de la sociedad que odia a la Guardia Civil. No vayamos a sacar la impresión de que los totalitarios de la izquierda abertzale no odian a todo aquel que les lleva la contraria en cualquier asunto. La izquierda abertzale ha utilizado la violencia contra vascos y no vascos, por no opinar igual que ella respecto a la autodeterminación, el socialismo, la droga, las autovías, la energía nuclear, la religión, la línea editorial de un medio o cualquier otro asunto.
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Cabe añadir que si ETA ya no actúa, como dice Barcos, es consecuencia de la ilegalización de su aparato político y la lucha policial. ¿Cuánto ha colaborado Barcos, o el nacionalismo en general, en cualquiera de estas dos vías?
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Finalmente, lo que hay que hacer con el problema de Alsasua es resolverlo, no esconderlo. Esconderlo, de hecho, es la mejor manera de no resolverlo. Es evidente que hay un problema en Alsasua y en toda Navarra con todas esas personas que no condenan la violencia. Un problema que se agrava aún más cuando los líderes a los que siguen esas personas tampoco tratan de reconducir este comportamiento y tampoco condenan la violencia. Esos líderes en los que se apoya Barcos para ocupar el sillón que ocupa y en el que encuentra consuelo cuando a cambio recibe la bofetada moral de alguna víctima de ETA.
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Una de las mujeres golpeadas en Alsasua, la pareja de uno de los guardias civiles, ha decidido marcharse de Alsasua. Claro que hay que hablar de esa Alsasua. Tanto cuanto sea necesario hasta que se arregle el problema.
Un comentario
GeroaBaiPNVtambién y los perrotxistus y txakurraflautas de Podemos han asumido todo el temario y el lenguaje de la Bilduetarrada y sus primos de Zumosol de la ETA, venidos a menos militarmente pero subidos a la parra en el resto.
Ya solo queda si sus votantes se irán al original, o los abandonan para volver a la normalidad mental, y no el odio convulsivo y el espumarajo ideológico trasnochado.