Tal vez recuerden que allá a mediados de marzo se publicó la noticia de que los EEUU habían desarrollado la primera vacuna del mundo contra el coronavirus que iba a empezar a ser probada con un grupo de humanos voluntarios. Al día siguiente China anunció su propia vacuna en lo que parecía o una feliz casualidad o un intento propagandístico de no quedar atrás. El caso es que aquel anuncio sirvió de ocasión para que investigáramos un poco sobre la empresa que había desarrollado la vacuna, llamada “Moderna”.
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La vacuna desarrolada por Moderna, en colaboración con el National Institute of Allergy and Infectious Diseases (NIAID) de los EEUU, tiene la particularidad de utilizar una técnica completamente disruptiva en la fabricación de vacunas. Es decir, existen varias otras decenas de vacunas en curso pero la de Moderna se basa en una técnica diferente y novedosa. O sea, están Moderna y todas las demás. No es por tanto casual que esta empresa haya tomado el liderazgo puesto que, de tener éxito, su técnica revolucionaria podría acelerar la llegada de la vacuna, garantizar su eficacia y aumentar su seguridad.
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A diferencia del resto de vacunas, la de Moderna se basa en la utilización del ARN mensajero sintético. El ARN mensajero es una molécula que traduce los datos del ADN del coronavirus, se introduce en las células humanas y les induce producir proteínas similares a las del virus pero, esto es lo novedoso, sin haber utilizado al propio virus, para que el sistema inmunitario las detecte y genere anticuerpos capaces de proteger a la persona vacunada frente al virus real.
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La buena noticia es que ayer Moderna declaró que los resultados preliminares de esas primeras pruebas con humanos se están mostrando prometedores y los voluntarios están desarrollando anticuerpos frente al virus. El anuncio significó una inmediata subida de las bolsas mundiales y de más del 20% en el caso de Moderna, que por otro lado ha triplicado ya su valor desde marzo.
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Por otra parte, también se anunció que Moncef Slaoui, uno de los miembros de la cúpula de Moderna, ha vendido sus acciones de la compañía al haber sido fichado por la Casa Blanca como miembro del comité de expertos de la “Operation Warp Speed”. La “Operación Velocidad Máxima” es un programa de la administración estadounidense puesto en marcha para acelerar al máximo la llegada de la vacuna contra el coronavirus, tratando de cubrir las etapas de desarrollo acortando en lo posible todos los plazos. El objetivo es tener la vacuna lista, fabricada y distribuida masivamente para aplicarla a la población antes de fin de año. Que Slaoui haya pasado a formar parte de este comité seguramente no garantiza nada de manera absoluta, pero avala al menos la noticia de que los avances específicos de Moderna hacia la consecución de la vacuna son al menos prometedores.
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2 respuestas
¡Oooohhh! Es de agradecer la traducción “Operación Velocidad Máxima”. Creo que es lo que debe hacerse siempre.
En Tafalla también había una empresa «la Moderna» que fabricaba zapatillas. ¿Serán esos de EEUU sus sucesores?.