El escrito de rectificación de Uxue Barkos en el Diario de navarra

El pasado sábado, Uxue Barkos ejercía el derecho de rectificación en Diario de Navarra afirmando que «es falso que el fiscal investigue las dietas» que ella cobró, y que ella «no puede pasar por alto la censurable instrumentalización partidista de la jurisdicción penal y contable que Justitia et Veritas ha llevado a cabo con su denuncia, ni la campaña de desinformación que ha emprendido al alimón Diario de Navarra».

Barkos se refería a la información de hace unos días respecto a que el fiscal del Tribunal de Cuentas había decidido insistir en la investigación del cobro de dietas en el Ayuntamiento de Pamplona, pese a que el caso se encuentra archivado en la vía penal.

Lo cierto es que no se ha abierto una investigación específica contra Uxue Barkos, pero sí una general en relación a todo el sistema de cobros. Esta información no sólo la recogió el Diario de Navarra sino gran cantidad de medios, incluyendo al Noticias.

Como seguramente todo el mundo recuerda, todos los concejales del Ayuntamiento cobraban el máximo previsto en concepto de dietas en general gracias a las reuniones de grupo, respecto a las que la única garantía de su celebración era la propia palabra de los celebrantes.

En el caso de Uxue Barkos la situación resultaba más llamativa puesto que estuvo más de 50 días en el Congreso, tal y como reflejan las actas de sus intervenciones, y además habría asistido para poder cobrar las dietas a 218 reuniones en Pamplona, en un año de poco más de 200 días hábiles.

Que el caso no tiene recorrido penal, al ser archivado por el Supremo, está claro a estas alturas, tanto como el caso de las dietas de la CAN. Otra cosa es lo que crea cada cual respecto a si el sistema de cobro de esas dietas era ético o un coladero y si realmente se celebraron todas las reuniones para justificarlas.

Barkos ha introducido, en este caso a través del Diario de Noticias, un nuevo elemento para explicar otra de las situaciones extrañas en todo el suceso, la de sus firmas falsas en los recibos entregados al Ayuntamiento para cobrar las dietas. Barkos asegura ahora que «Me han acusado de firma falsa, porque tengo un brazo enfermo como sabemos muchas mujeres que hemos pasado por un cáncer de mama». Sin prejuzgar nada al respecto, la explicación del «brazo enfermo» no fue la que se ofreció cuando apareció en su día la noticia. En aquella ocasión Barkos, cuando se le preguntó, se limitó a explicar que «el contenido de los documentos es absolutamente cierto, frente a lo que insidiosamente se ha sugerido e incluso afirmado, y que por supuesto esos documentos han sido suscritos o por mi misma, como no puede ser de otra manera, Uxue Barkos no falsifica sus firmas, o con mi autorización, como no podía ser de otra manera».

Como decíamos al principio, todo el sistema de cobro de dietas en el Ayuntamiento era un despropósito, puesto que el cobro máximo dependía de «reuniones de grupo» (reuniones preparatorias en las que los miembros de un partido se reunían consigo mismos) de cuya existencia no había más prueba que la declaración de las propias personas que supuestamente se reunían. En el caso de Barkos, la dificultad para casar las cifras simplemente resultaba más llamativa.

Tampoco se puede dejar de pensar que, si Barkos hubiera querido probar su inocencia, cosa a la que no estaba obligada pero que podía haber hecho de todas formas para despejar dudas, simplemente podría haber entregado una relación de todos sus viajes Pamplona-Madrid, para verificar que las reuniones de grupo resultaban compatibles con todos esas idas y venidas. Por el contrario, existen declaraciones en una entrevista, antes de saltar el caso, en las que aseguraba que viajaba a Madrid de lunes a jueves. Esta versión cambió tras saltar la noticia y pasó a declarar, en una entrevista posterior, que viajaba de martes a jueves, ampliando así el número de días que podía estar en Pamplona celebrando reuniones. Naturalmente no se trata de una prueba concluyente en contra de Barkos, pero es otro dato que aumenta las sospechas en vez de disminuirlas, sobre todo cuando podía haber aclarado todo con los billetes si hubiera querido.

Por último, ahora que en el Ayuntamiento se supone que se verifican fehacientemente todas las reuniones que dan derecho al cobro de dietas, cabe insistir en que estaría bien contrastar si Uxue Barkos sigue acudiendo a más de 200 reuniones o si inexplicablemente este numero se ha reducido de forma considerable desde que los controles son estrictos. Si los datos presentes son compatibles con los pasados, Uxue Barkos debería ser la persona más interesada en hacerlos públicos.

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