Este pasado domingo 14 de abril fue un año más el aniversario de la Segunda República. Un año más, los partidos de izquierdas aprovecharon la ocasión para expresar su nostalgia de esa república y su amor por sus símbolos, empezando por la bandera. Todo es sin embargo una farsa y una increíble impostura histórica. Desde luego la Segunda República no fue ningún régimen de libertad, pero es que la izquierda de la época no amaba ni la República ni la libertad. Todos los shows republicanistas a los que ahora asistimos son una absoluta reescritura de la historia, y si alguien no lo cree basta con que repase la hemeroteca histórica de los periódicos de la época. No lo que decían los periódicos de la derecha sobre la república, sino lo que decían los propios periódicos de la izquierda. Sirva como ejemplo lo que publicaba el 9 de noviembre de 1933 El Socialista, el diario oficial del PSOE fundado por Pablo Iglesias, recogiendo un discurso de su entonces líder Largo Caballero:
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Cuando ahora por tanto se abrazan a la bandera republicana, conviene recordar estas cosas, ya que este actual amor por la tricolor no se corresponde a lo que realmente sentían en la época republicana. La izquierda amaba la república mientras la gobernaba, pero en cuanto perdió el poder en 1933 organízó un golpe de estado contra ella en 1934. Franco fue sólo el segundo en dar un golpe de estado contra la República. Paradójicamente, España está llena de calles, plazas y estatuas de golpistas contra la Segunda República, siempre que fueran golpistas de izquierdas.
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Los socialistas que creían en la democracia eran traidores
El amor por la democracia de la izquierda española en los años 30 también resulta bastante cuestionable. Véase el Decálogo del Joven Socialista que publicaba Renovación, el diario oficial de las Juventudes Socialistas, con especial antención al punto 8: «La única idea que hoy debe tener grabada el joven socialista en su cerebro es que el socialismo sólo puede imponerse por la violencia, y que aquel compañero que propugne lo contrario, que tenga todavía sueños democráticos, sea alto, sea bajo, no pasa de ser un traidor» Esto no se publicaba en plena Guerra Civil, se publicaba en febrero de 1934.
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Además de todo lo anterior, en nuestra felicitación del 14 de abril no puede faltar el recuerdo del hecho de que la República nunca fue refrendada en las urnas. La Segunda República llegó por el abandono del país por parte del rey Alfonso XIII, no porque nadie votara en un referéndum que se instaurara un régimen republicano. El rey abandonó España tras unas elecciones municipales en las que, aunque perdiendo el voto en las grandes ciudades, sin embargo en conjunto los partidos monárquicos obtuvieron 22.150 concejales frente a los 5.875 de los partidos republicanos. Nunca se votó tampoco la Constitución republicana. La forma de estado que consagraba la Constitución y el marco jurídico de la Segunda República nunca fueron refrendados directamente por el pueblo español. Para todo lo demás, que hable la hemeroteca. Desde luego no se trata con todo esto de demonizar a los socialistas del presente, pero que no nos beatifiquen tampoco a los del pasado.
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2 respuestas
“Estamos en la legalidad cuando la legalidad nos favorece, y en contra de la legalidad cuando la legalidad no atiende nuestros propósitos”. (Palabras de Pablo Iglesias, el fundador del PSOE, en las Cortes españolas, el 7-julio-1910)
«Para evitar que su señoría (refiriéndose a Maura) suba al poder debe llegarse hasta el atentado personal”. (Amenaza de Pablo Iglesias, fundador del PSOE, al líder del partido conservador Antonio Maura en las Cortes españolas, el 9-julio-1910).
Como puede apreciarse, el PSOE trae de fábrica sus componentes democráticos.
Los socialistas se sirvieron de la democracia para destrozarla.
Esta evidencia basada en la documentación de la época -como bien publica el artículo- debe difundirse para desenmascarar a esos farsantes que actualmente enarbolan la tricolor.