Al comienzo de la crisis no dijo que había crisis. Luego dijo que había que gastar más. Luego que había que endeudarse más. Ahora, para recortar menos gasto público, dice que hay que castigar a las empresas con un «impuesto ecológico». Lo cual significa que las empresas subirán los precios si pueden para resarcirse, con lo que la subida la pagaremos los ciudadanos. O bien que las empresas no podrán trasladar la subida a los precios, por lo que tendrán que compensar su caída de ingresos rebajando los costes. Es decir, no contratando o despidiendo. Por favor, que alguien le de ya a Obama el teléfono de Roberto Jiménez.