El trabajo de primera de Trump con Irán

Se podrán criticar muchas cosas de Trump, pero lo cierto es que ha resuelto el problema de Irán con cierta maestría. De momento, porque en Oriente Medio la solución a todos los problemas es de momento, pero no resulta fácil imaginar a otro presidente de los EEUU resolviendo esta crisis con la eficacia que lo ha hecho Trump.

Evidentemente había un problema con el programa nuclear iraní. No es un problema nuevo sino que se viene arrastrando hace tiempo. Todo el mundo recela del programa nuclear iraní por motivos evidentes, ya que Irán promociona milicias y grupos terroristas por todo el medio oriente, desde Hamás hasta Hizbolá, incluyendo territorios como Líbano, Siria, Irak, Yemen o Gaza. Aparte el peligro del propio Irán, ¿qué pasaría si alguno de estos grupos accediera a un arma nuclear? Y de las manos de estos grupos, ¿a qué otras manos podría a su vez llegar?

Obviamente el país más preocupado es Israel, que constantemente y desde hace tiempo ve en la televisión iraní escenas y montajes en los que Israel es aniquilado en un bombardeo nuclear. Así es como comenzó esta última guerra entre Irán e Israel, con el bombardeo preventivo israelí contra las instalaciones en las que estaba a punto de terminar de producirse el uranio enriquecido necesario para construir inmediatamente una bomba nuclear.

¿Cuál era el problema de Israel? Que algunas de las instalaciones nucleares subterráneas de Irán no podían ser destruidas más que gracias a unas bombas específicas antibúnker de las que sólo disponen los EEUU, así como de los aviones adecuados para arrojarlas con furtividad y precisión. Es por esto que Trump se tuvo que involucrar.

Involucrarse en la guerra con Irán no era sin embargo un asunto menor. Desde el punto de vista militar, los bombardeos israelíes ya habían fulminado el grueso de la capacidad iraní, pero la cuestión si se involucraban los EEUU era si Irán como represalia decidía atacar el tráfico naval por el Golfo Pérsico y concretamente el Estrecho de Ormuz. Por poca capacidad militar que conservara Irán, era casi imposible garantizar la navegación frente a cualquier ataque con misiles o drones. Las consecuencias en el ámbito económico global podrían haber sido brutales.

Así las cosas, Trump ha sabido manejarse perfectamente en el ambito diplomático y militar. Desde el punto de vista militar, ha dejado que Israel machacara al ejercito iraní, destruyera las infraestructuras y dejara en una situación precaria al régimen de los ayatolás. Las consecuencias en forma de bombardeos con misiles, por otro lado, sólo las estaba padeciendo Israel. Una vez terminada esta fase de machaque, EEUU ha dado el golpe de gracia a las instalaciones nucleares subterráneas resolviendo el problema fundamental. A continuación, Trump ha lanzado una oferta de paz o más bien una exigencia de paz tanto a Irán como a Israel. Israel ya había conseguido lo que quería y más e Irán sabía que estaba en una guerra que no podía ganar.

¿Por qué Irán no ha jugado su única baza que era interrumpir el tráfico naval en el Golfo Pérsico? En segundo lugar porque eso hubiera castigado la economía global pero no hubiera cambiado el curso de la guerra. Por el contrario, hubiera intensificado la campaña militar contra Irán. ¿Podría haber aguantado frente a la disidencia de su propio pueblo un castigo aún mayor el régimen iraní? Pensemos que un país no se puede gobernar incomunicado desde un agujero y que el ayatolá Jamenei parece que no se atrevía ni a hablar por teléfono con Trump ante el temor de que se descubriera su localización. En tercer lugar, interrumpiendo el tráfico por el Golfo también la economía iraní hubiera colapsado, ¿cómo sostienes una guerra y un régimen con un colapso económico total? En primer lugar, China no podía tolerar un cierre del Golfo porque también su comercio y su economía depende del libre tránsito por ese lugar, y China es junto a Rusia el principal socio valedor del régimen iraní.

Manejando todas estas cartas, Trump ha sido capaz de destruir la capacidad nuclear iraní, de no sufrir ninguna baja propia, de no generar una crisis económica y de conseguir un acuerdo de paz entre Irán e Israel. ¿Algo más? Pues sí, ha mandado un potente mensaje de fuerza para que no haya conflictos a nivel internacional. Ha dado un puñetazo en la mesa con sus B2 para que lo vean Rusia y China, para que ni por un momento puedan intuir en Trump, de cara a Taiwan, Ucrania o lo que sea, ninguna debilidad que les incite a emprender alguna aventura. Por mucho menos a otros les han dado un premio Nobel de la Paz.

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