Federico Jiménez Losantos tiene una teoría, que es tan buena o tan mala como la lógica que la respalda. En este caso, y es muy preocupante que así sea, la teoría de Losantos tiene su lógica. La idea del popular comentarista es que Pedro Sánchez, con la eliminación del delito de sedición del Código Penal, además de pagar un peaje a los golpistas para que le sigan manteniendo en la Moncloa, le está preparando un golpe de estado a Feijóo (o a Abascal) para el caso de que le gane las elecciones.
X
Más allá de la gravedad de la acusación, el problema es que no carece de lógica. El PSOE está desarmando por completo al estado, eliminando o reduciendo las penas por las que se pudo condenar a los golpistas catalanes en su declaración unilateral de independencia. La próxima vez que lo hagan, y no paran de repetir que lo volverán a hacer, no quedará ningún artículo del Código Penal que se les pueda aplicar, o la pena que se les pueda aplicar resultará insignificante.
Hemos alertado de un nuevo pacto que desprotege y debilita nuestro Estado de Derecho: Las reformas del delito de sedición y malversación para la impunidad. pic.twitter.com/kqaw6Cqcd7
— Maite Pagazaurtundúa (@maitepagaza) November 14, 2022
La cuestión es en qué momento lo volverán a hacer, y ahí es donde empieza a tener sentido la teoría de Losantos. Parece que no lo van a hacer con Pedro Sánchez, ya que mientras gobierne Pedro Sánchez a lo que se están dedicando es a desarmar al estado, sino cuando se produzca un cambio de gobierno. Cuando llegue un gobierno del que no puedan obtener más contraprestaciones ni más desarme, entonces darán el golpe. El nuevo gobierno se encontrará vaciado de recursos legales para poder contrarrestarlo. El PNV ya pide hasta la eliminación de la Constitución del artículo 155.
El PNV celebra la reforma de la sedición, aunque pide estudiar otra para el artículo 155. https://t.co/4eU1oVnjYE
— THE OBJECTIVE (@TheObjective_es) November 11, 2022
Como plantea Losantos, podría temerse que el papel de la izquierda iría más allá de desarmar al estado mientras gobierna, sino que podría llegar a apoyar el golpe de facto cuando se encuentre en la oposición. La manifestación contra Ayuso en Madrid es sólo un aperitivo de las movilizaciones callejeras que podrían recibir a un gobierno de derechas. Todas las protestas que ahora no se producen, eclosionarían en cuanto la izquierda perdiera el poder. Nada por otro lado que no hayamos visto ya fuera de España. Un gobierno de derechas, jurídicamente desarmado, tendría que vérselas además al mismo tiempo con un nuevo desafío separatista y con las calles del resto de España tomadas por la izquierda.
X
En un escenario semejante, aparte de no haber policía suficiente ni recursos jurídicos para controlarlo, la alternativa sería o el caos y la violencia o que gobierne para siempre la izquierda. La misma izquierda provocadora de ese caos y esa violencia en cuanto perdiera el poder aseguraría que la paz y el orden desaparecen en cuanto gobierna la derecha. Que sólo la izquierda es capaz de garantizar la paz y la unidad. Que no puede gobernar España nunca la derecha. Que la elección de los españoles es entre roja o rota. Si ustedes se fijan, pese a todo el empobrecimiento de la población, no hay ni un desorden público desde que gobierna la izquierda. Ni guillotinas, ni rodea el Congreso, ni 15M, ni nada de nada. Si cuando gobierna la izquierda no hay ningún desorden público, es que los desórdenes públicos los organiza la izquierda cuando deja de gobernar.
X
A todo lo anterior aún cabría sumar que al próximo gobierno seguramente le tocaría lidiar con las consecuencias de todo el desbarajuste económico que el actual gobierno le deja como herencia. Gastar más de lo que se ingresa no es ni de izquierdas ni de derechas, sino de manirrotos y kamikazes. Ninguna política económica consistente en gastar más de lo que se ingresa resulta sostenible a largo plazo. Tras implantar una política fiscal asfixiante y rebosar de ingresos las arcas fiscales, el estado sigue endeudándose y gastando más de lo que ingresa, probando con ello que el problema que tenemos no es como se decía de ingresos, sino de gastos. Por más que ingrese el estado, siempre gasta más de lo que ingresa cuando gobierna la izquierda. En el momento además en que enfrentemos un cambio de ciclo y caiga la recaudación, o la fiscalidad simplemente estrangule la economía, o von der Leyen deje de financiar los gobiernos socialcomunistas, alguien tendrá que poner orden en la descalabrada contabilidad estatal. Si esto lo tiene que hacer un gobierno de derechas con los separatistas y la izquierda a la vez en la calle, aparte de ser un gobierno ignífugo tendrá que hacer lo necesario para garantizar que los resultados electorales se respetan en España, o si la izquierda comprueba que recurriendo a la movilización callejera puede evitar la alternancia en el poder, la derecha no volverá a gobernar pacíficamente jamás.
X
x