Uno de los principales motivos alegados por la izquierda para justificar la movilización contra Ayuso en Madrid a cuenta del deterioro de la sanidad pública es el de la telemedicina. Sustituir la atención presencial por la atención telemática sería un riesgo para la salud de los pacientes. La gente moriría por una transición de la salud hacia la teleatención. Ahorrar costes de este modo mata a la población.
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El gobierno de la Comunidad de Madrid ha alegado oportunamente que esta medida la defiende la izquierda en sus programas electorales y que la considera no como un retroceso sino como un avance, siempre claro está que sea la izquierda la que lo haga. Si lo hace la izquierda es un avance, si lo hace la derecha es un recorte y matar a la gente por ahorrar costes.
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El caso es que en Navarra tenemos a la campeona del mundo de la defensa de la teleasistencia presidiendo el gobierno. En una entrevista publicada por Diario de Noticias hace menos de tres meses, preguntada insistentemente por esta cuestión, Chivite defendía con ardor la telemedicina. Defensa como esta de la teleasistencia médica ni se ha visto ni se verá.
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Pero hay más.
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Precisamente a la estela de esta entrevista y de la introducción creciente de la teleasistencia en sanidad pública foral, el Parlamento de Navarra votó en el pleno del 6 de octubre una resolución instando al Gobierno de Navarra a recuperar en el sistema sanitario los niveles de asistencia presencial previos a la pandemia. La resolución, presentada por Navarra Suma, se aprobó con el apoyo de todos los grupos de la cámara… menos el del PSN, que se abstuvo.
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No nos atrevemos a determinar hasta qué punto la telemedicina es un avance (si significa un complemento), o un retroceso si significa una disminución de la atención. O si caso de no poder siquiera conseguir que la sanidad pública descuelgue el teléfono sería no ya un retroceso del servicio sino su eliminación. Pero lo que parece bastante claro es que o es un avance en Navarra y Madrid, o es un retroceso en Navarra y Madrid, pero no un avance en Navarra y un retroceso en Madrid, y que hay que aplaudirlo en Navarra y movilizarse en Madrid.
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