El Gobierno de Navarra ha anunciado que el departamento de Educación va a reservar plazas para mujeres en los ciclos y grados de Formación Profesional STEM (science, technology, engineering, mathematics) «en los que ahora mismo tienen poca presencia«. Es decir, que va a haber una cuota en los cursos que entrará por género en vez de por nota.
Esto es hacer del ser mujer una minusvalía. Qué disparate. https://t.co/ceOxPgHGAi
— Álvaro Bañon (@Abanonirujo) February 22, 2024
Por alguna extraña razón, el machismo se define como una actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres y una forma de discriminación sexista caracterizada por la prevalencia del varón, mientras que el feminismo se define como la defensa del principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre. Pero ya vemos que no es así. Esta misma medida que anuncia el Gobierno de Navarra no es igualitaria, como muchas otras que se están tomando, sino una forma de prevalencia de la mujer y de discriminación del varón. Machismo y feminismo vienen a ser en la práctica por tanto dos formas espejo de discriminación.
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Igualdad es que las mujeres puedan estudiar con la misma libertad que los hombres, cosa que ya sucede hace mucho, pero no que elijan estudiar lo mismo que los hombres. Si teniendo total libertad para elegir, las mujeres eligen cosas distintas que los hombres, eso no es problema del gobierno ni de nadie.
Debatiendo con una amiga. Orla de matemáticas en Granada 1968. pic.twitter.com/AcMNtOXWnk
— Berta G. de Vega/🐝 (@BertaGDeVega) February 21, 2024
Por la misma regla de tres, habría que introducir cuotas de género para discriminar positivamente a los hombres en los estudios, trabajos y oposiciones en los que predominan las mujeres. ¿Por qué las mujeres y los hombres tienen que tomar las mismas decisiones y tener las mismas preferencias? El Gobierno de Navarra, como tantos otros, no está generando un escenario de igualdad sino un turno de desigualdad en contra del hombre.
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Lo más preocupante de estas políticas de género es que por un lado constituyen un ataque a la igualdad, en este caso discriminando a los hombres, y por otro lado constituyen un ataque la libertad. Si los hombres y las mujeres pueden elegir lo que quieren hacer con libertad, puede que elijan cosas distintas. Para conseguir resultados iguales, hay por tanto que imponer un resultado. El feminismo se ha convertido en el reverso del machismo. El feminismo ya no es igualdad ni libertad.
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