A Irene Montero no le salen las cuentas. Este año, tras un mes de diciembre histórico y catastrófico, el número de mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas ha superado la cincuentena. Es el peor dato de los últimos años, es peor que antes de que llegara al gobierno Irene Montero con su flamante y carísimo Ministerio de Igualdad y señala que los asesinatos de mujeres en España no se están reduciendo. La incidencia de la existencia de Irene Montero sobre el número de mujeres asesinadas es cero. Podríamos concluir a la vista de los datos que Irene Montero es simplemente una inútil, pero hay algo peor y algo mejor que decir al respecto.
La cifra de mujeres asesinadas alcanza su máximo anual durante la etapa de Irene Montero con 49: https://t.co/bGkiMlWQxo
— Pepe Lopez (@soylibre92) December 30, 2022
Lo peor es que Irene Montero y toda su tropa podemita en general exudan odio hacia quien no piensa como ellos porque se pensaban que acabar con los asesinatos de mujeres era una mera cuestión de voluntad. O sea, hasta llegar ellos al poder su idea era que a nadie le había importado antes que se matara a mujeres, que nadie había hecho nada y que nadie se había preocupado por tal cosa, y que en cuanto salieran del gobierno los desalmados a los que no les importan las mujeres muertas todo se acabaría en un santiamén. Era el típico problema que si no se acababa con él era porque no se quería, porque no se consideraba importante acabar con él. Obviamente pensar de esta manera les daba el derecho, casi el deber de odiar a todos los partidos de todos los gobiernos anteriores y en general a todo el mundo que no eran ellos. El odio que caracteriza a Podemos y otras fuerzas de extrema izquierda es posible atribuirlo en general a esta misma causa. Se piensan que las cosas que van mal en el mundo no tienen otra causa que la maldad de sus rivales políticos, a los que o no les importa que a la gente le vaya mal o incluso se aprovechan de ello. Si piensas esto de tus rivales es lógico que los odies. El problema llega cuando alcanzas el gobierno y resulta que no sólo no acabas con los problemas, sino que ni siquiera eres capaz de mejorar los resultados de los gobiernos previos. ¿Cómo se justifica entonces tu odio? ¿Y cómo vas a solucionar el problema si se ha revelado falsa la idea de que, para arreglar el problema, bastaba la voluntad de arreglarlo y cambiar a los «malos» por los «buenos» en el gobierno? ¿Qué vas a hacer ahora, Irene, aparte de disculparte? ¿O no vas a disculparte ni reconocer errores como es ya tu contumaz y característico libro de estilo?
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Una cosa a favor se puede decir sin embargo de Irene Montero. Así como ella pensaba que para acabar con los asesinatos de mujeres bastaba con poner unos puntos morados, o levantar un ministerio de 500 millones de euros, o ponerla a ella al frente de la lucha contra el fantasma del heteropatriarcado, nosotros no pensamos lo mismo respecto a ella. Es decir, no es culpa de Irene Montero que el número de asesinatos se mantenga. Tal vez se podría reducir algo más el número, pero al final con lo que tropezamos es con la maldad humana, algo que no encaja en los planteamientos de Podemos. Por más que haya campañas, por más que el leguaje woke inunde las series, los anuncios y las películas, o por más que se adoctrine a los niños en los colegios, seguirá existiendo el mal en el mundo. No es que quien mata a una mujer no sepa que matar mujeres está mal, es que sabiéndolo perfectamente la mata de todos modos. Todo el dinero del mundo invertido en campañas no acabaría con los asesinatos de mujeres porque los asesinos matan por maldad, no por desconocimiento. Existe la maldad en el ser humano. Existen las personas que eligen a sabiendas el mal. Mejor hubiera sido invertir el inútil dinero de esas campañas de propaganda y adoctrinamiento en dotar de medios a la policía para poder hacer un seguimiento más estrecho de las denuncias.
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Es imposible acabar por completo con los asesinatos de mujeres igual que es imposible acabar con todos los asesinatos de hombres, con todos los ladrones o con todos los mentirosos. Obviamente no es que no haya que luchar contra todas esas cosas, o que de igual luchar que no luchar, lo que sucede es que es una lucha que en esta vida no se acaba, no tiene fin. Esto les resulta muy fácil de entender a las personas que creen en la libertad y casi imposible a los que dicen que creen en el determinismo social. O sea, se suele observar demasiado odio hacia los que no piensan como ellos entre los defensores del determinismo social, lo que sin embargo no tiene ninguna lógica. Si crees que el que tienes en frente no puede pensar ni obrar de otro modo que como lo hace, no tiene sentido odiarlo por ello. El que odia, aunque no se aclare, en el fondo cree firmemente en la responsabilidad y la libertad.
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2 respuestas
¿Las medeas no cuentan?
Atención también a los más de 1000 hombres que se han suicidado en exceso sobre años pasados. Si ya anteriormente se suicidaban el doble de hombre que de mujeres, entorno a 3000 en total, 1000 mujeres y 2000 hombres, lo de este año se sale de órbita, 1000 mujeres y 3000 hombres. 3 veces más. Si esto no es un genocidio provocado por la ley de Viogen y sucesivas leyes totalitarias, que venga Dios y lo vea.
Nos preocupan 57 mujeres, y es lógico, pero es muy extraño que nadie se preocupara el año pasado de 1000 hombres , y este año de otros 2000. A nadie parece importarles estas vidas truncadas.