El aniversario del asesinato de Víctor Pradera, el 6 de septiembre de 1936, nos trae a la memoria esa otra parte de la historia que nunca se cuenta. La de las decenas de miles de personas que sufrieron en la Guerra Civil la represión republicana. Hablamos además, como en el caso de Pradera, de personas que no eran combatientes y fueron ejecutadas en la retaguardia. Porque efectivamente, también hubo una retaguardia republicana.
Aunque principalmente vivió en Guipúzcoa, Víctor Pradera nació en 1872 en Pamplona. Pese a que estudió Ingeniería de Caminos la vida le llevó más bien por el terreno de la política y la escritura. Ideológicamente habría que ubicarlo entre el carlismo, la CEDA y la oposición al separatismo vasco. Desde 1931 fue colaborador habitual de Acción Española, una revista conservadora en la que asimismo colaboraban habitualmente Ramiro de Maeztu y José Calvo Sotelo, ambos asesinados también, Calvo Sotelo incluso antes de la guerra. Al día siguiente de ser ejecutado Víctor Pradera, también era asesinado su hijo. Todo esto sucedió, como decíamos, en la bucólica y “democrática” retaguardia republicana al principio de la guerra. Esa retaguardia en la que no tenían el fuerte de San Cristóbal, pero en la que se sacaba a los presos de la prisión de Ondarreta, o de las de Larrínaga, El Carmelo, los Ángeles Custodios o la Casa Galera, y se los ejecutaba por centenares.
Pradera es el autor de la conocida obra “Fernando el Católico y los falsarios de la historia”. En este libro, Pradera refutaba la tesis nacionalista en virtud de la cual la bula papal Exigit Contumatiam, que declaraba herejes y cismáticos a los reyes navarros Catalina de Foix y Juan de Albret, era una falsificación de Fernando el Católico. Campión y otros autores nacionalistas aseguraban que la bula era una falsificación de Fernando el Católico porque narraba hechos posteriores a su supuesta fecha de emisión, pero Pradera alegó que el calendario que se utilizó en aquel momento no era el gregoriano, sino el florentino, por lo que la bula era auténtica y coherente con la cronología de los hechos. Alguien se preguntará qué pintaba una bula papal en 1512 relacionada con Navarra, pero es que tampoco se nos suele contar que Navarra, en 1512, se encontraba inmersa en una triple encrucijada: entre Castilla y Francia, entre católicos y cismáticos y entre beaumonteses y agramonteses. Ahora algunos intentan simplificarlo todo pero en aquella época hubo que elegir bando por partida triple. Y ganaron los de la columna de los beaumonteses, Castilla y el catolicismo. En fin, contar este tipo de cosas fue uno de los motivos que le costó la vida a Víctor Pradera.
Curiosamente es mucho más sencillo encontrar en Navarra y la CAV calles dedicadas a Arturo Campión que a Víctor Pradera, por no mencionar las calles que se le han quitado a Víctor Pradera. No sea que 80 años después alguien pregunte quién era y no se le pueda contar que murió de gripe.
21 respuestas
En el parque de la memoria de Sartaguda podemos leer el nombre de 3444 navarros asesinados por el terrorismo franquista.
Ni UPN ni el PP fueron a su inauguración …
… Ni la Ribera contestó a mi interpelación.
Ya que el Ribera sabe tanto sobre esos muertos de la Guerra Civil, que nos diga cuántos lo fueron antes de que Franco se hiciera con el control de las filas nacionales, no sea que no sean muertos franquistas sino “molistas”. O “moscosistas”.
Por cierto, ¿la izquierda ha hecho algún homenaje a los que mataron ellos? Mujeres, niños, seminaristas, ancianos, monjas hasta de clausura, obispos, todos ellos duros objetivos militares, y un peligro en la retaguardia clarísimo, ¿verdad?
Y por cierto, mi bando, los liberales, no mató a nadie en la guerra civil. Pero he de decir que un bando nos respetaba la vida si estábamos callados, y el otro nos quitaba la vida para mantenernos callados. Dentro de lo malo había significativas diferencias.
No se puede considerar asesinos a quienes combatieron contra el nazismo, fueron héroes que dieron su vida por la libertad.
Y a los que combatieron contra el comunismo ¿qué fueron?, esos sí que dieron su vida por la libertad. Otra pregunta, ¿sabe Vd. qué fue el pacto Ribbentrop-Mòlotov?. Venga no se trague tanta propaganda y conteste. (Con un poco de suerte, igual la contesta)
Un comunista matando un nazi, o un nazi matando un comunista, son dos imágenes especulares de una buena noticia.
Ambas mataban personas inocentes para imponeruna dictadura, cada uno la suya.
Del bando republicano, sólo una pequeña parte era no revolucionaria, Republicanos, algún Radical Socialista, el sector de Besteiro del PSOE y para de contar.
Los Lerrouxistas y similares se pasaron rápidamente al bando nacional, porque como a muchs les respetaba la vida. Del bando nacional, inicialmente sólo los falangistas y cuatro de la Ceda o de los monárquicos lo eran, y pasaron estos últimos rápidamente a las filas falangistas tras el golpe. Los Carlistas seguían su propio ritmo hasta que Franco los fundió con el falangismo, para neutralizarlo todo, sobre todo a los exaltado falangistas. El resto de la Ceda y monárquicos se puso a las órdenes del Ejército.