Este pasado sábado, día 4 de agosto, durante un acto militar en Caracas, capital venezolana, hubo un fallido intento de atentado terrorista contra el dictador social-comunista Nicolás Maduro, con drones portadores de material explosivo, detonante.
Durante la cobertura informativa de los correspondientes acontecimientos, siete periodistas fueron arrestados, aunque liberados a posteriori según el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa. Este denunció entonces la desaparición de esos reporteros.
Eso sí, no se sabe por qué se les detuvo tan, pero tan de inmediato. Por otro lado, un grupo anónimo se ha proclamado en Internet como autor del atentado en cuestión, al que quienes se denominan «Soldados de Franelas» han denominado «Operación Fénix».
Ahora bien, de inmediato, el totalitario Maduro reaccionó con celeridad atribuyendo la autoría del mismo tanto al ex presidente colombiano Juan Manuel Santos y a colaboradores financieros estadounidenses. Esto se traduce en inmediata acusación a enemigos exteriores.
No obstante, si bien no se sabe con absoluta exactitud en qué ha consistido lo que otros consideran como «Operación Valquiria», en alusión al intento de golpe de estado contra el totalitario nacional-socialista Hitler en julio de 1944, podría considerarse como un «autogolpe».
La falta de pruebas y concreciones sobre la organización y ejecución del mismo es una de las principales razones, pero es que esto no debería de resultar tan sorprendente en vistas de otros acontecimientos que han tenido lugar recientemente, hablando relativamente.
Hace poco más de un par de años, en Turquía, tuvo lugar un intento de golpe de Estado contra el totalitario Erdogan, que básicamente dio lugar a que dicho dirigente político acabara reforzando sus medidas liberticidas. Maduro podría intensificar su odio geopolítico también.
En cualquier caso, solo nos queda volver a poner de manifiesto nuestro apoyo a la disidencia venezolana, a quien animamos a luchar por una Venezuela más libre, donde el Estado de Derecho y la libertad puedan florecer. La desobediencia civil es una de tantas vías para acelerar la caída de esa tiranía.
