A cuenta del coronavirus estamos asistiendo a la mayor campaña de desinformación de la historia de España y, ¿cómo le están llamando a esa campaña los que la organizan? Pues en el mejor estilo orwelliano: campaña antibulos.
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Dentro de la campaña del gobierno y de la izquierda en general para poner freno a los bulos, o a lo que ellos llaman bulos, o directamente a las críticas al gobierno, una de las piezas relevantes del tablero es newtral.es. ¿Pero quién es Newtral?
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En realidad, una simple visita a la propia web de Newtral resulta bastante ilustrativa sobre la naturaleza de esta plataforma, que por un lado tiene como única accionista a la periodista de La Sexta Ana Pastor y, por otra, produce El Objetivo, el programa en La Sexta de Ana Pastor.
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Evidentemente el problema surge al considerar si no hay un conflicto de intereses entre Ana Pastor, La Sexta y la supuesta neutralidad y vocación verificadora de la información de Newtral. Es decir, si Ana Pastor es una empleada de La Sexta, así como su marido Manuel Ferreras, ¿en qué medida puede ser Newtral respecto a La Sexta o Atresmedia? ¿No es un caso claro en que el vigilante y el vigilado es el mismo? Es decir, en el mejor de los casos podríamos considerar si Newtral tiene la independencia necesaria para vigilar las informaciones de todo el mundo, menos las de La Sexta o Atresmedia.
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Igual que hoy Newtral resulta un verificador sospechoso de los contenidos de La Sexta, no menos sospechoso es que sea La Sexta o Atresmedia quien recurra a Newtral como instrumento de verificación. Sin embargo, parece claro que parte del éxito de la popularidad de Newtral viene dado por la promoción que le ha dado el grupo Atresmedia, o sea sus objetos de verificación. Mala cosa cuando el éxito del verificador depende del verificado.
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La parcialidad de una plataforma de verificación de noticias puede resultar bastante sutil porque puede presentar diversas facetas de cara a la manipulación de la realidad. Por un lado es posible que una plataforma de este tipo considere falsas cosas que en realidad son ciertas. Por otro lado, una plataforma de este estilo puede presentar como falsas cuestiones que a lo mejor no son tales, sino en todo caso discutibles o matizables, lo que haría necesaria una verificación de la verificación. Por otra parte podría suceder que una plataforma dedicada a señalar falsedades efectivamente señalara falsedades, pero sólo se las señalara a unos y no a otros, o a unos en una medida mucho mayor que a otros, ya fuera porque unos mintieran mucho más que los otros o porque, en realidad, la agencia de “verificación” fuera claramente parcial.
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No menos sorprendente en todo este asunto resulta que Facebook recurra a esta plataforma para vetar contenidos a su criterio. Empresas como Facebook se han vuelto recurrentemente envueltas en debates sobre su imparcialidad y al convertir a Newtral en uno de sus verificadores de referencia, con poder para bloquear las informaciones que se transmiten por Facebook, no hace sino incidir en la sospecha de que Facebook practica una política activa de apoyo a la izquierda.
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Pensemos por ejemplo que Jiménez Losantos creara una agencia de verificación de la que fuera el único accionista, encargada de verificar la veracidad de las informaciones de Esradio o de Libertad Digital. O encargada de evaluar las informaciones de otros medios, como La Sexta, en los programas de EsRadio o en Libertad Digital. Y que Facebook le encargara a esta agencia la verificación de las noticias que circulan por su red. ¿Realmente es distinto si en vez de Jiménez Losantos hablamos de Ana Pastor?
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Todo esto nos remite al comienzo y a la preocupante evidencia de que el gobierno y los partidos que lo sustentan se encuentran sumidos en la denuncia de una supuesta campaña de bulos de la que supuestamente son victimas, la cual ya está dando paso a una nueva fase de persecución contra los autores de esos supuestos bulos. El problema es que el gobierno sólo considera que algo pueda ser un bulo cuando se trata de una crítica al gobierno. O sea, el gobierno no muestra ninguna preocupación ni ningún afán de perseguir a quien emite un bulo cuando ese bulo es a favor del gobierno. El gobierno no detecta tampoco campañas de bulos a favor del gobierno. La pregunta es si al PSOE y Podemos les preocupan los bulos en general o sólo los bulos que son críticos con el gobierno. Si algo falso pero a favor del gobierno no se considera un bulo y no merece ser perseguido, ¿algo cierto pero contrario al gobierno si habría que perseguirlo? Cuando de algo que dice el gobierno no se puede afirmar que sea falso, pero sí que al menos es discutible, ¿considera el gobierno eso un bulo y que hay que perseguirlo? Como poco podemos estar bastante seguros de que al PSOE y Podemos no les gusta nada que les critiquen. Es posible que a ningún partido le guste que le critiquen. Pero PSOE y Podemos, en el gobierno y dotados de los poderes extraordinarios que les otorga un estado de alarma que en realidad funciona como un estado de excepción, empiezan a dar síntomas de querer ir mucho más allá de meramente molestarse, pretendiendo perseguir a quien diga cosas que les moleste. Y en esa labor de señalamiento y persecución es donde tendrían un papel relevante plataformas como Newtral, la cual por todo lo visto hace escaso honor hasta a su nombre ya que le cuadraría mucho mejor “Pastoral”.
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2 respuestas
Todo ese montaje no es más que una réplica actualizada de los métodos propagandísticos inventados por la Comintern y desarrollados por W. Müzenberg, de manual, vamos. Al fin y al cabo, esas son las fuentes en las que han bebido desde su juventud quienes nos malgobiernan. Incapaces de inventar nada.
Lo que podemos hacer los que no tenemos ni dinero ni poder es abandonar estas redes sociales que pertenecen al monopolio de la censura y le pagan a esta señora e irnos a otras para que vean reducidos sus ingresos.