Otegui, el candidato que a todos nos convendría que tuviera Bildu

¿Alguna vez quiso realmente la izquierda abertzale que su candidato no fuera declarado inelegible? O sea, si uno realmente quiere no tener problemas con el candidato, ¿presenta a Otegui? Que por cierto, ¿quién decidió que había que presentar a Otegui? ¿Otegui? ¡Qué gran ocasión perdida para enseñar a los demás el camino de la autodeterminación y los referendums, dejando que la gente decida! Pero parece que a la izquierda abertzale sólo les interesan los referendums en los que o ganan o se quedan igual, no aquellos en los que tienen algo que perder. Como todo el mundo, vaya. En todo caso, ¿con qué intención uno pone como cabeza de lista a Otegui?

Otegui es un secuestrador, por tanto un torturador, y alguien que entra en una organización con dos ramas, en una de las cuales los que entran se dedican a proponer un programa político y en otra de las cuales se reclutan pistoleros para matar a quienes se oponen a ese programa político. No tiene sentido hablar de Otegui como si fuera un político, o un político sin más, como hacen algunos. Otegui además estuvo en las dos ramas de la organización. Este es el personaje. El que no puede pronunciar la palabra condena. El que ha llevado a hombros los ataudes de los asesinos. El patriota de hojalata que apoyaba el asesinato de todos los vascos que le llevaran la contraria ya fuera en relación a la independencia, la energía nuclear o la construcción de una autovía. Insistimos: ¿con qué intención pone uno a Otegui como cabeza de lista? Normal que haya quien piense que todo es un maniobra premeditada de la izquierda abertzale para que su acto central de campaña sea la inhabilitación de Otegui.

Si uno pone como cabeza de lista de una candidatura electoral a Otegui esta GRITANDO a los cuatro vientos que no quiere renovarse, que no se arrepiente de nada, que no tiene nada que rectificar, que da por buenos todos los horrores del pasado, que le parecen muy bien, que no hay que dar pasos adelante y que no hace falta cambiar nada ni pedir perdón por nada.

Hablamos de rechazar imputados en las listas y aparece Bildu con un condenado, nada menos que por un delito de terrorismo. Dicen que ha cumplido su condena pero ni eso es verdad, porque la condena incluye una inhabilitación. Es decir, que no cumplirá la condena hasta que expire esa inhabilitación, por tanto ni siquiera es cierto que haya cumplido condena.

Para poner la guinda, la lista de Bildu que encabeza Otegui la cierra otra etarra. Volviendo a lo ya dicho, ¿esto se hace para facilitar acuerdos con los demás? ¿Para romper con el pasado? ¿Para regenerar la formación? ¿O para todo lo contrario? Y si es para todo lo contrario, ¿de qué se puede quejar después Bildu? Si dicen que el PP es el partido de la corrupción, ¿de qué es el partido Bildu? ¿Qué es lo que pretende que pensemos y la imagen que quiere dar el propio Bildu?

Esto es tan evidente que hay quien piensa que hay que dejar que Otegui sea el candidato aunque la Justicia lo haya inhabilitado, por interés político. Quien así piensa considera que Otegui es el mejor candidato posible… para los demás partidos, y que mejor dejarlo como cabeza de lista. Lo que pasa es que con esa teoría, además de no tener sentido que luego esa misma personas se rasgue las vestiduras por que en alguna lista haya un imputado, es que si mañana se sorprendiera al candidato de tal o cual partido abusando de varios menores o practicando el canibalismo los demás partidos tendrían que salir a apoyarlo y pedirle que siguiera presentándose. Sin embargo ocurre que en una sociedad sana hay valores superiores a los intereses electorales de los partidos. Por eso la candidatura de Otegui es inaceptable, aunque de hecho acaso sea la que más conviene a todos los partidos que rivalizan con Bildu y quitar a Otegui es en el fondo hacerle un favor a ese partido.

A Otegui le han salido unos cuantos defensores en general con dos características en común. La primera de ellas que la democracia no les debe nada por la desaparición de ETA, una desaparición que se produjo básicamente al ilegalizarse la izquierda abertzale obligando a ésta a tener que elegir entre votos o pistolas. Los que apoyan a Otegui son los mismos que siempre se opusieron a esa ilegalización y que por tanto no contribuyeron en nada a la desaparición de ETA. El segundo elemento que todos los apoyadores de Otegui tienen en común es que ETA nunca mató a nadie de los suyos. Estos dos elementos retratan bastante a todos estos apoyadores.

Cuestión aparte es que, incluso con Otegui, o con Txeroki, Bildu fuera a obtener el respaldo de una parte importante de la sociedad vasca y navarra. Porque hay una parte de la sociedad vasca y navarra que votaría a un candidato a pesar de ser caníbal. Es más, lo votaría precisamente por ser caníbal.