Una forma de relatar lo que está sucediendo con los okupas en Pamplona sería que el Ayuntamiento está privatizando algunos inmuebles públicos. Es decir, está tomando inmuebles que se han construido y mantenido con el dinero de todos los ciudadanos y se los están entregando para su uso y disfrute, a dedo, a unos colectivos particulares ideológicamente afines al Ayuntamiento. No se puede hablar sin embargo de privatización porque en una privatización, por lo menos, el que recibe el bien tiene que pagar algo a cambio por ello.
A todo lo anterior se puede sumar el agravante de que el inmueble se use irregularmente para actividades que están reguladas y pagan impuestos. Si se permite a un colectivo cualquiera utilizar el inmueble para una actividad sin cumplir las normas relativas a seguridad, incendios o higiene, y además no pagar licencias, tasas ni impuestos, se añade un nuevo agravio para el resto de la ciudadanía y una zona de sombra en la que hay personas que no cumplen las leyes, pero la administración permite que no las cumpla.
El último acto del sainete de los «okupas» de la calle Compañía es que el Ayuntamiento de Pamplona les ha cedido el chalet de Caparroso en lugar del inmueble que estaban ocupando. La actuación del Ayuntamiento se parece un poco a si alguien robara un burro y las autoridades, en vez de encarcelar al ladrón, le propusieran devolver el burro a cambio de regalarle una moto.
En cualquier caso, cualquiera que haya observado la evolución de los movimientos okupas en otras ciudades en las que se les ha dado cuerda debería estar preocupado, por aquello de lo de las barbas del vecino, escarmentar en cabeza ajena, aprender de los errores de los demás y todo eso. Véanse si no algunas informaciones al respecto.
Tercera noche de disturbios en Barcelona: detenidas 27 personas por el desalojo de un centro ‘okupa’
Un grupo de okupas entra en pisos de Barcelona para venderlos: «Abrimos la puerta y cambiamos la cerradura». Los Mossos han detenido a dos personas por la muerte de un hombre de 30 años. Los manifestantes denuncian que en las viviendas se trafica con drogas
La muerte de un vecino durante una protesta vecinal ha prendido la mecha en Sant Adrià de Besos, en Barcelona. Llevan meses protestando por la inseguridad que genera el tráfico de drogas y los okupas que han llegado al barrio. Un problema, el de la ocupación, que se extiende también por la provincia de Tarragona, fuerzan las cerraduras y okupan ilegalmente casas que luego venden.
Convivencia entre vecinos y okupas en Barcelona
2 respuestas
«El Enemigo de mi Enemigo es mi Amigo».
Amigacho en este caso, koleguilla de manifas y barricadas de neumáticos ardiendo.
Y es que al contrario que la derecha y el centro, la izquierda y la extrema izquierda ayudan siempre a los suyos, a los parejos, a conseguir sus objetivos comunes: la subversión de la realidad, la legislación vigente, y las instituciones democráticas. Todo vale y a nada le hacen asco.
Imagínenese que hace 2 o 3 años, UPN con apoyo del PP y el apoyo o la abstención del PSOE se les hubiera ocurrido vender el chalet por menos de chorrocientosmil trillones a una empresa privada o persona, de los que pagan impuestos. Ya estarían las barricadas ardiendo.
¿Y ahora qué hacemos?
A) barricadas por doquier al mechero fácil
B) #yotambiénquieromichalet
C) Denunciar a Asirón y los okupas por malversación de fondos, apropiación indebida, prevaricación, robo descarado y falta de higiene. Política también.
Las 3 opciones no son excluyentes entre sí.
El convenio de asistencia sanitaria que ha mantenido el Gobierno de Navarra con el segundo contribuyente a las arcas forales (la UNAV) es un privilegio, según el nuevo gobierno «del cambio, de progreso y de los criterios técnicos», y hay que anularlo.
Pues bien:
El entregar un edificio público a esos «kolektibos» afines ¿qué denominación tiene? ¿»kutrepribilegio»?. ¿Aparecerán por aquí los mariachis del cutrepartito,
condenando la actuación
del alcalde Asirón
y exigiendo devolución
de semejante cesión?.
Se admiten apuestas.