Siempre se atribuye a los grandes inversores la mejor formación y la mejor información al moverse por los mercados financieros. Es por ello que sus decisiones son objeto de meticuloso escrutinio. La decisión de la CAN se suma a la de la Caixa o Bancaja, y hace pocos meses también llamó la atención la decisión casi simultanea del Santander y el BBVA de deshacerse de sus bienes inmuebles en España.
Son movimientos relevantes porque estas desinversiones podrían ser interpretadas como una manifestación de que las grandes corporaciones consideran agotado, o próximo a su agotamiento, el rendimiento que les pueden proporcionar esos activos. Llegadas a esa conclusión, las grandes corporaciones intentan “empapelar” a los pequeños inversores cerrando sus posiciones. Oficialmente, la explicación es que se hace caja de cara a la expansión exterior de la entidad. Sea lo uno o lo otro, en cualquier caso es lo suficientemente relevante como para que suscite nuestra curiosidad.