Entre las noticias sepultadas por la apabullante actualidad, en la que se suceden las pandemias, los volcanes y las guerras, y en la que el gobierno protagoniza dos o tres escándalos diarios que le perjudican menos que dos o tres al año, porque a su vez se sepultan unos a otros, poco puede puede sorprender la noticia de que los desahucios vuelvan a estar en máximos no vistos desde 2016, o sea que estamos peor que con el PP. Cuando el gobierno del PP era poco menos que un gobierno criminal a causa de los desahucios y cuando los medios intentaban constantemente tratar de relacionar los desahucios con casos de suicidio. Parece que ahora ya no hay suicidios, porque desahucios los hay en abundancia. O no los hay, o ahora que gobierna la izquierda ya no interesa hablar ni de desahucios ni de suicidios, mucho menos relacionándolos.
x
Los desahucios se dispararon un 57% en 2021 y encadenan dos años de subidahttps://t.co/v4HWqQRoBc
— Etikalia (@Etikalia_SL) March 15, 2022
x
Desde luego el mero hecho de que haya decenas de miles de desahucios resulta de lo más llamativo, porque los partidos radicales que ahora gobiernan pidieron el voto asegurando cosas como que con ellos no subiría el recibo de la luz o no habría desahucios. Estos partidos trataban poco menos que de criminal al gobierno anterior, por lo que bajo su misma dialéctica habría que llamarlos criminales a ellos ahora. Criminales e hipócritas. Hipócritas no hay disputa.
X
Se da además la circunstancia de que el mayor número de desahucios se ha dado en 2021 en Cataluña, donde hubo 9.398 lanzamientos por impago de alquiler frente a los 4.039 de Madrid. Un claro ejemplo del éxito de las maravillosas políticas de Colau sobre las infames políticas de Ayuso.
X
El problema con las políticas de izquierdas es que se aplica respecto a ellas una lógica similar a la de culpar del cáncer de pulmón al insuficiente consumo de cigarrillos. Cuanto peores son los datos de la vivienda o de la energía, más nos dicen que hay que apostar por los programas izquierdistas de vivienda y energía. Cuando los resultados empeoren aún más tras redoblar la apuesta, se nos dirá que es una prueba irrefutable de que la apuesta todavía se quedó corta.
X
Como decíamos al principio lo malo es que este tipo de noticias, que deberían ser importantes, resultan arrolladas por el torbellino informativo y las constantes convulsiones planetarias en todos los ámbitos. Desde luego con el encarecimiento de la cesta de la compra, de los combustibles y de la factura de la luz, no cabe duda de que asistimos a un rápido y galopante empobrecimiento general de la población. Este empobrecimiento no puede a su vez sino incrementar el número de hipotecas y alquileres impagados, y por tanto el de desahucios. La salida implica una media vuelta fulminante para desandar el camino que nos ha traído hasta aquí. El problema para desandarlo es si seguimos sin tener claro cuál es el camino por el que hemos llegado hasta aquí.
X
x