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La paliza de Alsasua no es como una pelea en cualquier otro lugar. En cualquier bar de cualquier lugar le pueden pegar a un negro en una pelea, pero la cosa cambia si en el lugar en el que está ese bar hay campañas contra la presencia de negros en el pueblo, se celebra el día de la expulsión de los negros, se simulan las maletas de los negros yéndose del pueblo, se queman muñecos de negros y se graban videoguías de cómo echar a golpes a los negros cuando se les encuentra en un bar del pueblo.
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https://www.youtube.com/watch?v=oCBn1LgqC2U
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Tampoco es una pelea de una bar normal la que se produce entre dos negros y sus parejas y veinte o treinta salvajes si después todo el pueblo y el gobierno, cuando detienen a los culpables, protagonizan una movilización permanente en defensa de los agresores, maximizando su sufrimiento y el castigo que se les impone, minimizando en cambio el sufrimiento de las víctimas y sus familias, todas las cuales han tenido que acabar abandonando el pueblo antes las presiones recibidas de todos los colectivos de apoyo a los agresores y la absoluta falta de apoyo de las instituciones forales. Todo esto también es totalmente anormal y confirma el estado de excepcionalidad que se vive en Alsasua y en cualquier lugar de Navarra con una importante presencia de nacionalistas.
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Las palabras de Ione Belarra, de Podemos en general, ponen de manifiesto que o desconocen por completo lo que pasó en Alsasua, o que les da igual y no tienen más referente que la defensa sistemática de los agresores. Y estos son los socios preferentes de María Chivite y Pedro Sánchez, los santitos que no son Bildu.
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Queda por desmontar finalmente el mantra de la desproporción de las penas. Se les han aplicado las penas que establece el Código Penal con carácter general. No existen unas penas especiales para Alsasua ni para los “txabales” de Podemos y la izquierda abertzale. Cuando a un ertzaina fuera de servicio le dieron una paliza similar en la Semana Grande de Bilbao, en 1993, a los agresores les cayeron 6 años y medio de cárcel por una sóla agresión. En este caso al txabal que ha recibido una pena mayor es de 9 años, pero no 9 años por una acción de enorme gravedad, aunque lo sucedido fue muy grave, sino por un delito de atentado a la autoridad con lesiones (2 años y medio), tres delitos de lesiones con concurrencia de la agravante de abuso de superioridad (2 años por cada uno); y un delito de desórdenes públicos (1 año). Además el tribunal ha desestimado ya desde antes la acusación de terrorismo, por lo que ni por esa vía se puede anotar un trato desproporcionado o una aplicación forzada de los tipos penales.
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Los que defienden a los presos de ETA, a los txabales de Alsasua e incluso a los CDR son los mismos y por lo mismo. En España, como en cualquier país, hay manifestaciones de violencia de la extrema derecha y de la extrema izquierda, a decir verdad bastante más de la extrema izquierda, pero la diferencia es que la violencia de la extrema derecha la condena todo el mundo, pero la violencia de la extrema izquierda sólo la condenan la derecha y una parte de la izquierda.
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Algún reputado jurista apuntaba ayer como reflexión sobre la sentencia su convicción de que, de haber tenido otra actitud la defensa, de haber reconocido los agresores la injusticia y brutalidad de sus actos, de haber pedido perdón a las víctimas y de haberse desvinculado del Ospa Eguna y de los partido políticos y medios que los han utilizado como carne de cañón, la sentencia hubiera podido ser muchísimo menor.
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Ante esta sentencia nuestra consideración final es para las víctimas de la agresión, los guardias civiles y sus parejas, hacia los que el nacionalismo y la extrema izquierda no han tenido el mínimo gesto. Los defensores de la txabalada no han aprendido nada, no han hecho la mínima autocrítica, hasta han convertido a la madre de uno de los txabales en candidata al Congreso, y sobre todo no han desmontado en absoluto la violencia estructural existente en lugares como Alsasua para que algo así no vuelva a suceder jamás. Para imponer la ideología dominante, aunque luego se rasguen las vestiduras por el dolor de las familias de los presos, quizá tampoco les importa mucho sacrificar de vez en cuando a algún tontonmatxaka-txabal.
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2 respuestas
En este asunto los únicos que han ganado han sido los de la izquierda abertzale. Estos jóvenes no deberían estar en prisión, pero es justo reconocer que la agresión estuvo motivada por ideología.
Deberíamos preguntarnos porqué jóvenes que no conocieron el terrorismo o la kale borroka siguen reproduciendo el conflicto que heredaron de sus padres y abuelos.
Yo siempre digo lo mismo: la GC, un estamento policial democrático y constitucional, está en pueblos como Alsasua para tramitar una denuncia por un robo de bicicleta o atender un accidente de tráfico. El hecho de que el cuartel de la GC sea prácticamente un puesto de guerra diseñado para resistir explosiones indica que algo no va bien. Cuando la GC tenga en Alsasua una comisaría de la GC igual a la que puede tener en un pueblo similar de Sevilla o Alicante, se podrá decir que la cosa se ha normalizado. Pero para ello hay que deslegitimar POLÍTICA y EFICAZMENTE el proyecto político de la izquierda abertzale.
¿Se ha hecho con esta situación? No. Hoy la IA mantiene vivo el conflicto que tanto desean en una zona de Navarra.
Obabatarra, ¿por qué esos jóvenes no deberían estar en prisión?.