La reforma laboral, ¿bluff o derogación?

¿Acabará siendo el parto de un ratón la derogación de la reforma laboral? Ojalá sí, pero además puede que sí. Desde luego Podemos tiene claro que llevaría la derogación de la reforma laboral hasta extremos inauditos, propios del desfasado ideario comunista que maneja sin complejos. Por otro lado el PSOE no tiene ideario ninguno actual o desfasado. El discurso ideológico lo marca Podemos y el PSOE se limita a abrazarlo en la medida en que no tiene un discurso alternativo y sobre todo en la medida en que, a falta de discurso, su único objetivo político claro es la ocupación del poder, para lo cual necesita el apoyo de Podemos. Por necesitar, además del de Podemos todavía necesita el apoyo de socios tan radicales como Podemos. Es decir, la reforma laboral a la que este gobierno podría dar a luz si del PSOE y Podemos y Bildu y ERC dependiera podría ser tan socialista y trasnochada que, paradójicamente, podría suponer un retorno al franquismo.

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Por otro lado, pese a que la desconfianza absoluta hacia la UE nunca parece injustificada, se nos dice que Bruselas pretendería imponer el respeto a los principios esenciales de la reforma laboral del PP entre otras cosas porque fue la que la propia Bruselas impuso. En coherencia consigo misma, por tanto, parece lógico que Bruselas pretenda conservar en sus líneas fundamentales aquella reforma laboral y que el instrumento para conseguirlo sea el reparto de los fondos de ayuda europeos.

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Del balance entre el radicalismo de sus socios y las presiones de la UE no se puede descartar por consiguiente el alumbramiento de una reforma laboral que se presentaría con tanto extremismo en las formas como insustancialidad en el fondo, lo primero precisamente por lo segundo. Podría resulta una interpretación maliciosa y excesiva, pero que Yolanda Díaz amplíe generosísimamente el presupuesto de los sindicatos de la noche a la mañana y por estas fechas podría pensarse que es una forma como otra cualquiera de comprar la sumisión de los sindicatos a una reforma laboral muy por debajo de la anunciada.

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Por lo demás, el caso es que la reforma laboral del PP ha dado unos resultados bastante buenos y desde luego lejos del apocalipsis anunciado por sus detractores. Es más, la situación resulta tan esperpéntica que el mismo gobierno que promete derogar radicalmente la reforma laboral del PP por su naturaleza demoníaca al mismo tiempo presume de los buenos resultados que consigue con ella y gracias a ella.

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Respecto a todo lo que se está diciendo de la reforma laboral y la precariedad laboral, la verdad es que interesa recurrir a las cifras para comprobar la realidad, y la realidad en primer lugar es que los contratos fijos representan el 75% del total de los contratos, para empezar. Además, se observa perfectamente en la evolución del empleo que la temporalidad era mayor en los tiempos de la anterior legislación laboral que con la actual.  Pero es que además se observa perfectamente en la gráfica otro hecho notable, y es que la temporalidad es mayor y crece más en el sector público que en el sector privado. La primera causa de temporalidad en España es el gobierno. Y la situación aún es peor a fecha de hoy, aunque hemos usado una gráfica anterior a 2020 para evitar la singularidad de la pandemia.

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Tratándose de Sánchez no nos atrevemos a hacer ningún tipo de predicción porque Sánchez es completamente imprevisible. Lo único previsible respecto a Sánchez es que hará lo que tenga que hacer para permanecer una noche más en Moncloa. Pero si concluye que durará más en Moncloa derogando la reforma laboral o plegándose a Bruselas es un enigma. Lo que no es un enigma es saber que haciendo más rígido el mercado laboral e impidiendo que las empresas puedan afrontar las crisis de manera individualizada se destruyen más empresas, se genera menos empleo y para crear empleo en un modelo rígido hace falta más crecimiento, aunque los modelos rígidos precisamente se suelen llevar mal con el crecimiento.

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