El comunicado emitido por los presidentes de las cajas declara que la fusión sería “una operación empresarial y de creación de valor económico y social”, y que compete a los políticos “impulsar la consecución de una entidad más sólida, más solvente y capaz de competir y de defenderse en los mercados globales”. La lógica económica de la fusión no puede negarse, aunque cabe pensar si la clave económica es la única o la más importante de las claves que impulsan esta operación. Así, por ejemplo, cabe preguntarse si la lógica económica de la unión (creación de valor, solidez, solvencia, competición) limita con una lógica política y territorial vasconavarra o si está abierta también a la unión con otras entidades de otros territorios.
Otra consideración paralela a las anteriores es la constatación de los buenos resultados de Caja Navarra, como en conjunto la envidiable situación económica de Navarra. Una situación que demuestra la falsedad de algunas tesis que, en su momento, ponían en cuestión la viabilidad de una caja navarra e incluso de la propia Navarra como comunidad diferenciada, proponiendo algún tipo de federación como forzosa desde el punto de vista de la economía.