El problema energético que ha generado el progresismo climático es un hecho innegable. Sobre los países occidentales, particularmente sobre los europeos (que no siendo líderes en nada decidimos liderar la ideología climática), pesa una grave amenaza tanto respecto al suministro como respecto a los precios. Para empezar, y sin mencionar nuestras dependencias energéticas exteriores y otros asuntos, en la medida en que más tengamos garantizado el suministro más elevados serán los precios. Por ejemplo, el gas natural a lo mejor hay que traerlo en buques en vez de a través del gaseoducto, asumiendo que no hay escasez de buques y que el precio del transporte será mucho más elevado. Sin energía barata y abundante no hay prosperidad, no hay competitividad, no hay desarrollo. No sólo es que se nos dispare el precio de la energía, es que el encarecimiento de la energía repercute sobre todos los precios. Mientras el gobierno las asfixia con los impuestos, las familias padecen un momento de encarecimiento de la luz, de la cesta de la compra y de los combustibles que las empobrece de manera tan brusca como evidente. Francia ya ha empezado a tomar decisiones al respecto y la primera es poner en marcha nuevos reactores nucleares: energía barata, no intermitente como la solar o la eólica, que no emite CO2 y que proporciona independencia energética.
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El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció este martes que el país va a construir nuevas centrales nucleares, por primera vez en décadas, para garantizar su independencia energética sin contribuir a la aceleración del cambio climático.https://t.co/f5IaD3hIJE
— EFE Noticias (@EFEnoticias) November 9, 2021
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El movimiento de Francia muestra entre otras cosas que los políticos españoles, particularmente los de la izquierda, no son líderes nunca en nada. Sus políticas siempre son seguidistas. El temor a equivocarse les hace refugiarse en las decisiones grupales y mancomunadas. La UE es por ello, entre otras cosas, el sueño de todos los políticos sin ideas ni iniciativa. En este sentido tampoco es descartable que el gobierno español se vuelva pronuclear, pero si tal cosa sucede lo hará en el pelotón de los retrasados y siguiendo el penúltimo golpe de timón de los demás.
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Desde otro punto de vista también podría sospecharse que los progres que tenemos aquí está programados por los progres de otros países para debilitarnos. Resulta muy obvio que los movimientos antinucleares y pacifistas de los setenta estaban apoyados por la URSS (nuclear y militarista) igual que la agenda 2030 se encuentra apoyada por China. El gobierno comunista chino, para colocar a China como primera potencia, no sólo busca la mejora de China sino el empeoramiento de sus competidores, como es lógico. La Agenda 2030 consiste, entre otras cosas, en que Occidente tendrá que competir con China con una bola de plomo atada al tobillo. Nos dirigen los progres, pero además los progres mas pardillos del mundo. Simplemente Macrón no es el más pardillo en el grupo de los pardillos.
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Sabíamos que Argel pondría condiciones. Ahora prohíbe a España revender su gas a Rabat.
También exige compras garantizadas por un tiempo superior al que España dispone en su plan de descarbonización.
Este Gobierno nos obliga a ser vasallos energéticos.
https://t.co/PDkLPYmJra— Mireia Borrás (@_mireiaborras) November 9, 2021
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Pardillos nosotros, que ya tenemos a 240 kilómetros de Pamplona, y a 180 de la frontera Navarra, la central nuclear de Golfech, y a 270 la de Le Blayais. Gibraltar, en cambio, lo tenemos a 800 kilómetros. Esto por no mencionar la posibilidad de que Macrón nos construya una mucho más cerca, cuya energía encima acabaremos comprando. No gozamos de ninguna de las ventajas de tener más centrales nucleares propias y en cambio padecemos todas las desventajas.
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El nacionalismo vasco merece una mención particular ya que su objetivo es una Euskal Herria libre de centrales nucleares, aunque el centro geométrico de la CAV viene a caer por Villareal, desde donde no hay manera de trazar una línea de más de 100 kilómetros hasta alguna frontera exterior y en general ni siquiera de 50. O sea, en el ranking de pardillos el resto de españoles estamos por debajo de los franceses, pero por encima de los nacionalistas vascos. Podría ser una broma si, aparte de las repercusiones económicas y estratégicas, el ecologismo nacionalista vasco no hubiera matado con éxito para evitar una central nuclear en Vizcaya. O si el progresismo español en general no nos hubiera puesto en una situación de insolvencia energética que ahora se paga con los salarios de las familias y los costes de las empresas.
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3 respuestas
Igual lo nuclear es la mala y no la peor solución pero para aquellos que dicen que es una energía barata, pregunten a la URSS y a Japón si Chernobil y Fukusima les salió barato.
Mi única duda es si el próximo desastre nuclear tendrá nombre chino o francés porque de barato les aseguro que no les sale seguro.
Los accidentes nucleares tienen una repercusión mediática enorme, totalmente desproporcionada. Hay cientos de accidentes de otras naturalezas y de proporciones similares de los que ni siquiera nos enteramos.
¡Hombre Javier31! Chernobil y Fukusima supusieron la evacuación de unos cuantos miles de habitantes por no hablar de los km2 que quedaron evacuados de manera permanente para más de doscientos años