Desde luego no tiene nada de científico tratar de determinar quién tiene más apoyo o a quién le ha ido mejor en la crisis de UPN observando la evolución de sus seguidores en las redes sociales, pero es que no todo lo divertido, en realidad puede que casi nada, es científico. Así que como hecho abierto a la libre interpretación tenemos el dato de que Esparza tiene 4.610 seguidores frente a los 45.500 de Sayas y los 82.800 de Adanero. Esto no es divertido, es un dato científico.
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Casualmente, el pasado viernes con la crisis recién estallada señalábamos que Esparza tenía 4.567 seguidores, Sayas 39.100 y Adanero 79.100. Es decir, que Esparza ha incrementado sus seguidores en 43, Sayas en 6.400 y Adanero en 3.700.
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Desde luego podría argumentarse que el incremento de seguidores de Esparza, aunque escaso, es sólo de navarros de pura cepa y de acérrimos votantes de UPN, mientras que los seguidores de Sayas y Adanero son todos extraforales y votantes de VOX. Aunque entre los comentarios en las cuentas de Sayas y Adanero es fácil encontrar el apoyo de votantes de Navarra Suma y también en la de Esparza es posible encontrar a aberchales, socialistas y podemitas apoyándole, o por lo menos defendiendo a machamartillo la disciplina de partido y la defenestración de Sayas y Adanaero. En realidad lo que resulta muy difícil de encontrar es a perfiles aberchales o de extrema izquierda apoyando a Sayas y Adanero.
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Como grupo de control, podríamos citar que Cerdán, aunque sigue a más perfiles que Esparza, tiene 6.934 seguidores (2.367 más que Esparza), que Chivite tiene 10.300, o que Bakartxo Ruiz alcanza los 11.000. Iñaki Ïriarte sólo tiene 2.307 lo que nos tranquiliza bastante, no sea que se la juegue por superar al líder. Que a lo mejor no tiene nada que ver, pero casualmente parece que los dos militantes de UPN de los que su Consejo Político pide el acta o la expulsión son de largo los que más superan en seguidores a Esparza, los más populares en redes sociales y los que tienen más impacto en Twitter. Justo el tipo de gente de la que en el siglo XXI te conviene prescindir para tender puentes con tus rivales.
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