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El pasado 13 de marzo Navarra Confidencial publicaba un artículo sobre el jefe de la Policía Municipal de Pamplona, Simón Santamaría.
Como es público y notorio, Simón Santamaría viene siendo objeto desde hace muchos años de una intensísima campaña política y mediática contra su persona y su labor. Gran parte de esa campaña proviene de la así denominada generalmente “izquierda abertzale”.
El artículo de NC pretendía contrapesar la permanente campaña de descrédito contra Simón Santamaría por parte del entorno nacionalista radical más que entrar en las disputas judiciales de la cúpula policial con un sindicato al que en nuestro artículo ni citábamos. Aunque el entorno nacionalista radical utilice también esas disputas, como resulta evidente.
El sindicato APM-SPPME de la Policía Municipal -autores de la denuncia- han enviado una nota en la que piden que se aclare que el sindicato no tiene ninguna relación con el entorno etarra ni radical abertzale.
Nos alegramos de que así sea , máxime cuando nunca dijimos lo contrario.
Lo que no procede es que la valoración de este medio sobre Simón Santamaría, el modelo policial de Pamplona o cualquier otro asunto tenga que coincidir forzosamente con la del sindicato APM-SPPME. No mientras tengamos libertad para opinar con nuestro propio criterio y la policía se dedique a defender esa libertad.