Mientras los demás estábamos distraídos con sus naranjas, se publicaba en el Boletín Oficial de las Cortes Generales (BOCG) el nombramiento de Ignacio Eduardo Ramos Delgado como asesor en el Grupo Parlamentario de Unidas Podemos. Resulta que don Ignacio es la pareja de Ione Belarra. La pareja de Belarra, nombrada a dedo para este puesto de confianza, cobrará un sueldo bruto de 29.000 euros. Puede parecer poco, siempre que viniera de cobrar 290.000 euros en la NASA y no de cobrar 14.000 o de no cobrar nada. El oportuno nombramiento, por otro lado, viene a producirse recién adquirida una vivienda en común por parte de la pareja, con una hipoteca de 140.000 euros casualmente concedida -qué pequeño es el mundo- por la Caja de Ingenieros, la misma que concedió la hipoteca para la compra de su palacete a Pablo Iglesias e Irene Montero.
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La colocación de la pareja de Ione Belarra se produce cuando aquí todavía estamos discutiendo la colocación de la mujer del vicepresidente Remírez, la cual llega después de la colocación de la cuñada de Gimeno, la mujer de Santamaría y el marido de Solana.
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Quien desde luego no le puede pedir cuentas de nada a Belarra es su jefe, Pablo Iglesias, el vicepresidente, que ha convertido a su pareja Irene Montero en ministra.
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¿Cómo llamar a todo esto de que llegamos al poder y nos colocamos todos y a nuestras parejas? ¿Es todo esto ya corrupción? Pues a lo mejor no, pero como poco es el peldaño anterior. Y qué rápido y cuántos han llegado ya como poco al peldaño anterior.
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