El lehendakari Ibarreche, por otro lado, vuelve a demostrar una vez más que lo que a él le parece una anormalidad política no es que asesinen a la gente, sino que no se le reconozca como indiscutible un hipotético derecho de secesión. Por tanto, su apuesta por la “normalización política” pasa por la exigencia de ese derecho y no por la exigencia de que ETA deje de matar. Se demuestra así que sus declaraciones anteriores, en las que hablaba de realizar su consulta “en ausencia de violencia”, eran mentira. Ahora dice que “la sociedad vasca debe decidir al margen de que exista o no ETA”. Tal vez es que el lehendakari no se siente amenazado por ETA a causa de las cosas que él decide. Llama también la atención que hable en nombre de todos los vascos, salvo que se arrogue una representación que nadie le ha dado o que considere vascos sólo a quienes votaron por los partidos de la Comunuidad Autónoma Vasca que apoyaron su Plan.
Como testimonio de las mentiras de Ibarreche, ofrecemos este audio que forma parte del discurso de fin de año de 2004, en el que anunciaba el referendum al que ahora se refiere.