Ahora parece increíble, pero allá por 2009 en Navarra se generó un encendido debate sobre un megaproyecto de construcción de vivienda en Guenduláin. Lo que en cambio hacemos ahora es lamentar amargamente la escasez de vivienda disponible y en consecuencia su precio, ¿no haríamos bien entonces en recordar aquellos debates y a los responsables políticos de ayer de la escasez de vivienda de hoy?

Retrotrayéndonos al 2008-2009, en plena explosión de la “burbuja del ladrillo”, lo que teníamos era un macro proyecto de desarrollo de vivienda en Guenduláin en el cual estaban implicadas las principales constructoras de Navarra, eso sí de una forma un tanto particular. Con el gobierno siempre de por medio, ¿qué podía salir mal? De este modo, los principales promotores navarros adquirieron en su día los terrenos por más de 100 millones de euros, pero sin embargo la titularidad pasó al Gobierno de Navarra a cambio de los derechos de edificabilidad, concedidos a los promotores. Entonces llegó la crisis financiera, se secó el crédito y la operación quedó paralizada dejando a los promotores sin terreno, sin dinero, endeudados y con unos derechos de edificabilidad que no podían ni ejecutar ni poner como aval. El PSN planteó entonces, quién lo ha visto y quién lo ve, recomprar los derechos de edificabilidad a los constructores convirtiendo Guenduláin en una gran reserva de suelo público, esta idea hizo convulsionar sin embargo a la extrema izquierda y al mundo nacionalista, que expulsaba espuma por la boca ante la mera idea de dedicar dinero al mundo del ladrillo y los malvados especuladores inmobiliarios.

El hecho es que entre la crisis financiera y el cambio político, que aupó al gobierno a todas las fuerzas que se habían opuesto al proyecto, Guenduláin quedó paralizado. Han pasado casi 10 años de la polémica y casi 20 del inicio del proyecto, y sólo ahora parece que se vuelve a mover un poco el asunto, pero muy lentamente y sin un horizonte claro. Naturalmente esto ocurre ahora que la escasez de vivienda vuelve a ser un drama y los precios, tanto de la compra como del alquiler, vuelven a estar disparados. En realidad, ¿cómo podemos sorprendernos de que falte vivienda hoy si hemos hecho todo lo posible para estorbar la construcción ayer? Después de una década de maldecir a los constructores de pisos, ¿nos quejamos de la falta de pisos? Tampoco es tan extraño, si también nos dedicamos a maldecir a las empresas y después a lamentar la falta de empleo. Lo que a lo mejor tenemos que replantearnos es nuestra lógica en todo este asunto.
El zurderío debería diagnosticarse como retraso cognitivo severo. https://t.co/PG977izhgs pic.twitter.com/9572yXt0gt
— Partitocrazy (@partitocrazy) April 3, 2025
De lo que podemos estar seguros es de que no hay alternativa a construir más pisos. La población navarra ha pasado de 610.000 habitantes en 2007 a más de 680.000 en la actualidad. ¿Dónde metemos a toda esa población? ¿Cuánto se ha construido en Navarra y en España en todos estos años? Toda la inmigración que estamos acogiendo, ¿no necesita un techo? ¿O es tabú indicar que si crece la población y no crece el número de viviendas suben los precios? Y todas las viviendas que se podrían alquilar, ¿cómo van a salir al mercado si se legisla para proteger a los okupas en vez de a los propietarios? Lo que desde luego no sirve de nada es limitar los precios. Si tienes 5 familias y un piso disponible, puedes limitar el precio y hacer que haya una familia con una casa irrealmente barata, pero tendrás a 4 familias en la calle. Resolver el problema es que haya 6 casas disponibles por cada 5 familias. ¿Por qué nos dedicamos a llamar especuladores y buitres a todos los que se dedican a poner viviendas en el mercado en vez de llamar ineptos e irresponsables a todos los políticos que estorban el aumento de la oferta de vivienda?