La Policía Municipal de Pamplona informa haber detenido este sábado a un varón de 24 años al que acusa de un delito de homicidio en grado de tentativa, después de que agrediera a otra persona con una barra en la cabeza y le cortara con un cristal de lado a lado en el pecho. Tanto el agresor como la víctima son de origen magrebí y los hechos se han producido en el asentamiento de la Vuelta de Aranzadi de Pamplona.
Detenido por intento de homicidio en la Vuelta de Aranzadi https://t.co/nIpW91srbm
— Diario de Navarra (@DiariodeNavarra) April 14, 2025
Aunque en esta ocasión no se oculta el origen magrebí del agresor, queda por saber si se trata de una persona en situación irregular y si cuenta ya con antecedentes policiales. No se puede solucionar adecuadamente el problema sin reconocerlo y sin diagnosticarlo adecuadamente, y para eso necesitamos información. Es evidente que existe un problema de seguridad, que este problema es creciente y muy creciente, que es fruto en gran medida de la delincuencia importada, y que las leyes vigentes y los tribunales no están funcionando para poner este problema bajo control. ¿Qué es lo que se intenta alternativamente? Negar el problema y censurar la información.
Un feriante que agredió sexualmente a 9 menores cambia 18 años de prisión por 7 de expulsión de España https://t.co/KXqZ8Cf0Az
— El Debate (@eldebate_com) April 14, 2025
El sistema legal y judicial nunca fue en España en los últimos tiempos demasiado eficaz para luchar contra la delincuencia. Ya hace mucho el ciudadano tiene la impresión de que la balanza se encontraba decantada a favor del delincuente y en contra de la víctima. No es que los delincuentes no fueran condenados, sino que incluso cuando lo eran las penas eran insuficientes e ineficaces. El problema se ha multiplicado exponencialmente por la llegada en los últimos años del fenómeno de la inmigración masiva y descontrolada. Con esta oleada migratoria ha llegado también la delincuencia importada que por un lado viene con un nivel de violencia superior al acostumbrado por estas tierras, y asimismo con una sensación de impunidad totalmente justificada por la realidad de los hechos. La disyuntiva es tan sencilla como aplicar el sentido común ahora o esperar que tenga que venir a resolver el problema un Bukele mañana. Los que se niegan a aplicar el sentido común ahora, que no lloren por el Bukele mañana.