Publican hoy irresponsablemente algunos medios, porque muchos ocultan prudentemente el origen del agresor, que una mujer ha sido asesinada por un okupa marroquí en Pamplona. Evidentemente se debe tratar de un error. Un bulo. Fake news. Ninguna de todas esas cosas puede ser real. No podrían ser reales por separado y mucho menos juntas. Sería metafísicamente imposible tanta casualidad. Nos negamos por tanto a pensar que tal cosa haya podido pasar en Pamplona en realidad.
Para empezar, el asesino no puede ser un inmigrante. No hay relación entre delincuencia e inmigreación. El gobierno lo ha desmentido por activa y por pasiva y todo el mundo sabe que si algo tiene el gobierno es credibilidad. Dato mata relato. Esto no es compatible con las estadísticas oficiales, o por lo menos con las que nos enseña el gobierno. Debe haber un error.
A decir verdad, las estadísticas del gobierno señalan que entre un tercio y la mitad de los hombres que asesinan a sus parejas son extranjeros. Pero es que este asesinato en Pamplona no es violencia de género. La asesinada no era pareja del asesino. Por lo visto es posible que un hombre mate a una mujer, salvo que sea su pareja, por una causa que no sea el género. Es un alivio porque así nos evitamos incómodas concentraciones políticas en la puerta de las instituciones con un inmigrante marroquí problemático de por medio.
Otra imposibilidad para creer en la existencia real de este caso es que se trata de un okupa y, como todo el mundo sabe, el problema de la okupación es un mito. El problema de los okupas es una invención de la extrema derecha para alimentar a empresas como Desokupa. En el mundo real no existen los okupas y si en un lugar hay okupas los vecinos están encantados con ellos y no hacen otra cosa que amabilizar la vida en el barrio y revalorizar los inmuebles de la zona. Si ya es difícil creer que un asesinato pueda ser cometido por un inmigrante marroquí, pensar que además sea cometido por un okupa es una imposibilidad estadística. Este es un caso que responde tan perfectamente a los estereotipos de la extrema derecha que no puede ser sino eso, un bulo de la extrema derecha.
El detalle de que la mujer haya sido apuñalada reincide en la idea de la falsa noticia inventada, propia del puñalómetro. Asociar la inexistente violencia importada a los puñales es un estereotipo de libro. Una ideación. Nuevamente todo se ajusta tan precisamente al relato xenófobo que no puede ser sino una mentira prefabricada por los defensores de ese relato. Sin duda pronto comparecerá algún miembro del Gobierno de Navarra a aclarar que todo esto no es más que una anécdota.
Sólo falta para confirmar la falsedad de la noticia que se publique que el asesino es una persona problemática, con antecedentes, denuncias previas, reincidente o que ya había sido detenida anteriormente por algún delito. No puede ser real una noticia que no deje fuera ni uno de los estereotipos del amplio catálogo de falsedades de la extrema derecha, como viniendo a confirmarlos todos de golpe por l a vía de los hechos. Y no puede ser que la izquierda tenga por su irresponsabilidad y su negacionismo una cuota de culpabilidad política en el aumento de la inseguridad y la violencia que estamos viviendo. Por tanto la noticia de que una mujer ha sido asesinada con un puñal en Pamplona por un okupa marroquí necesariamente ha de ser falsa. Nos encontramos sin duda ante un terrible malentendido. Habrá que esperar prudentemente a que la autoridad competente nos ofrezca una explicación de lo sucedido que se ajuste bien a lo que estamos dispuestos a tolerar que es verdad y podamos creernos.
Un comentario
Hoy será una difícil tarde para la movilidad ciudadana en Pamplona.Quienes en su día montaron las airadas protestas por el singular caso de «La Manada» pretenden hoy colapsar la ciudad con una gigantesca manifestación.Al igual que entonces, se difundirá la identidad del presunto delincuente ,con foto,lugar de nacimiento y ocupación ,resaltando,si las hubiera ,sus fechorías precedentes.