Risto Mejide es un tipo que, cuando llegó la pandemia, propuso en su programa abrazar a los contagiados sin ningún tipo de protección. Había que abrazar a los infectados o ser acusado de infectadofobia. Por esas mismas fechas pequeño Wyoming hablaba del tontunavirus para minimizar el impacto de lo que venía. Cuando llegó la primera oleada del virus, España tenía todas las defensas bajadas. Seguramente para poder celebrar masivamente el 8M en Madrid no se había tomado ninguna medida preventiva. Así fue como el virus entró sin impedimento alguno por todas las residencias de mayores españolas, provocando decenas de miles de muertos. Y después que si 7.291. Pero si recordamos ahora aquello es porque todos aquellos personajes que el sanchismo usó para decir que la amenaza no era en absoluto el COVID, sino el machismo y la chinofobia, siguen todos en activo al frente de sus viejos o nuevos programas. ¿Cómo es posible esto? ¿Cómo no rodó ninguna cabeza? ¿Cómo nadie se hizo responsable por sus palabras? ¿Cómo estos mismos personajes pueden seguir pontificando y lapidando hoy al personal desde sus programas de televisión? Pues precisamente por eso. Porque haber sostenido hasta las mayores barbaridades para secundar al gobierno es un mérito, no un demérito. Cuanto mayor el error que sostuviste por alinearte junto al gobierno, más te valora el gobierno. Alguien que demostró que podías confiar en él para negar la llegada del COVID, puedes confiar en que negará también las mordidas y las orgías de Abalos. Y efectivamente, a lo que se dedicó Risto Mejide al principio es a negar las acusaciones a Abalos. ¿Nuevo descrédito para su historial? No, nuevo mérito de Risto para el sanchismo.
🚨🇪🇸 Así se reía Risto Mejide y sus bufones de la periodista que se atrevió a publicar las primeras informaciones de la doble vida libertina y torcida del ministro José Luis Ábalos, ex número dos del sanchismo. Prohibido olvidar. pic.twitter.com/zi909d6mWp
— Capitán Bitcoin (@CapitanBitcoin) April 10, 2025
Los medios de progreso, por otro lado, no hicieron otra cosa que seguir a sus amos en la defensa de Abalos. No se concibe que los medios de progreso tomaran partido por Abalos sin que previamente la clase política progresista tomara partido por Abalos. Recordemos que a Abalos no se le dejó caer hasta que se vio que defenderlo resultaba insostenible. En ese momento pasó de víctima inocente de los pseudomedios, del discurso del odio y de la maquinaria del fango a convertirse en cortafuego. Los defensores de Abalos de repente se convirtieron en sus verdugos: su cabeza por nuestra cabeza.
Para luego poner a esta gente al cargo de censurar lo que ellos llaman “bulos”. https://t.co/4EjA9bbYrz
— Juan Ramón Rallo (@juanrallo) April 13, 2025
La cuestión es que si no fuera por lo que el sanchismo llama pseudomedios aquí no nos estaríamos enterando de nada. ¿Cuál es la reacción del sanchismo? En este país a quien se quiere retirar el altavoz no es a los que negaron el COVID o defendieron a Abalos, sino a los que dijeron la verdad. De lo que se trata es de promover leyes que acaben no con los medios que no dicen la verdad, sino de acabar con los medios que desagradan y molestan al gobierno. La prueba es que quienes se sienten amenazados por las leyes antibulos o por las medidas contra la desinformación que se están proponiendo, no son los que han desinformado, mentido o negado sistemáticamente los hechos, sino los que han criticado al gobierno. Tampoco nos extrañemos mucho por tanto si en esta Babilonia orweliana en la que vivimos las mayores mentiras salen del programa que supuestamente se dedica a denunciar las mentiras que dicen los medios.
Nos gustaría reflexionar sobre la responsabilidad de los comunicadores públicos: A los pocos días de emitirse este programa Risto dio positivo en coronavirus. Él logró superarlo pero hay personas que no lo han hecho (llevamos 16.000 fallecidos). 👉¿Qué le dirías a Risto? RT pic.twitter.com/aAdiv3AjnO
— Tabarnia Oficial – Plataforma por Tabarnia (@Bcnisnotcat_) April 9, 2020