Asumamos que a las personas a veces nos cuesta entender los problemas abstractos. Hablar en general del estado de derecho o la separación de poderes es una cosa lejana por la que al pueblo, en general, le cuesta movilizarse y salir a la calle, no obstante lo cual lo está haciendo masivamente. ¿Pero cómo comprender y ejemplificar el problema que tiene España para que cualquiera lo entienda?
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Para ayudarnos en esta misión de visualizar el golpe de estado institucional que está llevando a cabo el sanchismo nos puede ayudar bastante don Juan Carlos Campo Moreno. Este señor, del que seguramente casi nadie tiene la menor idea de quién es, resulta que fue ministro de Justicia con Pedro Sánchez entre enero de 2020 y julio de 2021. ¿Y aún así va a ayudarnos a entender lo que está haciendo el sanchismo?
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La quiebra del estado de derecho que está llevando el PSOE consiste en que este señor, que ha sido ministro con Pedro Sánchez, en enero de este año el PSOE lo convirtió en magistrado del Tribunal Constitucional. ¿Cómo va ser esta persona independiente en el más alto tribunal? ¿En qué país democrático una persona pasa del Consejo de Ministros al Tribunal Constitucional? ¿Cómo va a juzgar a Pedro Sánchez una persona que ha sido nombrada ministro por Pedro Sánchez? ¿Cómo va a ser un árbitro imparcial en los litigios en los que es parte el gobierno alguien que ha llegado del gobierno al Tribunal Constitucional? Pero hay más.
La amnistía no cabe.
Porque la amnistía es el olvido.
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Aquí no hay olvido.El indulto NO olvida.
Esto es un pacto entre españoles para construir un futuro mejor.📺 @Jccampm en @DebatAlRojoVivo #Reencuentro pic.twitter.com/xgnqm5g0Wp
— PSOE (@PSOE) June 23, 2021
Cuando Juan Carlos Campo era todavía ministro, acudió a La Sexta a explicar por qué la amnistía a los golpistas catalanes era ilegal y no cabía en la Constitución. Que este ministro ahora convertido en magistrado del TC pueda votar ahora lo contrario de lo que defendió hace 4 días, sólo porque ha cambiado de opinión el jefe del partido que lo nombró, es la prueba de que el sistema se encuentra totalmente corrompumpìdo, que los magistrados no son independientes y que siguen el criterio del partido y no su propio criterio. Pero hay más.
Sra Rufián,
La autodeterminación y la amnistía tienen el recorrido que es. No hay que repetir lo del 2017.Es el momento de la política.
De arriesgarse por la convivencia y el diálogo.🏛️ @sanchezcastejon #LaEspañaQueHacemos_ pic.twitter.com/5BmtZ7v7rn
— PSOE (@PSOE) June 30, 2021
El retuit de la propia cuenta del PSOE viralizando la oposición a la amnistía, como otros mensajes de aquel momento, también resulta extraordinariamente significativo. Primero porque, como decíamos, la más mínima apariencia de independencia judicial exige que una persona no puede pasar del gobierno al TC, o del gobierno a la Fiscalía General. Segundo se evidencia que el PSOE tan pronto defiende una cosa como la contraria, según le convenga. Tercero, se pone de manifiesto que la izquierda llama fascista y ultra hoy a lo que la izquierda estaba defendiendo hasta ayer. Por lo visto los mismos izquierdistas que hoy defienden la amnistía ayer eran todos nazis y ultras. Cuarto, aunque ahora nos venden la amnistía como una apuesta por la convivencia y el diálogo, y que quienes se oponen a la amnistía son enemigos de la convivencia y el diálogo, cualquiera puede comprobar observando los dos tuits anteriores que cuando el PSOE hasta hace 3 meses rechazaba la amnistía lo hacía en base al mismo argumento: asegurando que arriesgarse por la convivencia y el diálogo era rechazar la amnistía. Si hoy el PSOE dice blanco, es por el diálogo, la armonía y la convivencia, y si mañana dice negro, es también por el diálogo, la armonía y la convivencia. Y diga el PSOE una cosa o la contraria, es por el diálogo y la convivencia, y todo el que no está de acuerdo con el PSOE, diga una cosa o la contraria, en un enemigo del diálogo y la convivencia.
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¿Por qué está saliendo España a la calle para rebelarse contra los acuerdos ilegales e inconstitucionales del PSOE así reconocidos hasta ayer por el propio PSOE? Pues porque no hay ahora mismo ninguna alternativa a salir a la calle. Es decir, ¿a quién le van a reclamar los españoles? ¿Al Tribunal Constitucional? ¿A un Tribunal en el que es posible que vaya a juzgar los pactos de Sánchez alguien que acaba de ser ministro de Sánchez? ¿Cómo va a ser imparcial para juzgar al gobierno un tribunal con mayoría gubernamental de 7 a 4 con gente que viene directamente del consejo de ministros? De hecho la mayoría que ha construido Sánchez es tan abrumadora que alguno de sus peones, como el propio Campo, incluso podría permitirse el lujo de apartarse del caso, para dar una cierta apariencia de limpieza a la sentencia porque todos los votos “progresistas” están cerrados y asegurados. Tienen que estarlo o no habría investidura. La aprobación del TC se la tienen que haber garantizado a los golpistas.
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Si esto hubiera pasado en Hungría o Polonia, la UE nos hubiera cortado los fondos de cohesión europeos, pero como el ataque a la democracia lo lleva a cabo la izquierda, Bruselas no ha hecho nada de nada. O sea, Bruselas no va a hacer nada ahora para defender la independencia judicial en España si no hizo nada cuando nombraron magistrado a un ministro. Al contrario, lo que hizo Bruselas fue poner decenas de miles de millones en manos de Sánchez antes de las elecciones para que no tuviera que hacer ningún recorte antes de enfrentarse a las urnas. A la UE no le importan en absoluto cuestiones como la independencia judicial o la democracia en España, sino el estricto cumplimiento de la Agenda 2030. No se puede esperar la más mínima ayuda de Bruselas. Puigdemont lleva años viviendo tranquilamente como asilado en Bélgica, en Waterloo, a 10 km de Bruselas. Pero por otro lado es normal, ¿van a defender más España los belgas, los franceses o los alemanes que los propios españoles?
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Que la amnistía significa acabar con el estado de derecho y la división de poderes no es que lo diga la derecha, que lo dice, es que es lo que decía la izquierda hasta el 23J. Lo único que queda por tanto es movilizarse. Los españoles estamos saliendo masivamente a la calle por eso. Por un lado porque hasta el último español se está empezando a dar cuenta de que el poder del sanchismo no es democrático, sino absoluto, carece de frenos y para mantenerse en el poder Sánchez está dispuesto a utilizarlo de modo despótico. Por otra parte, porque ya no queda otra forma de oponerse a ese poder absoluto que salir a la calle. Los tribunales han sido tomados. No quedan contrapoderes efectivos. Así que sólo queda salir a la calle a protestar y ser insultado, gaseado y aporreado. Lo que de todos modos se vio ayer es que a lo mejor el sanchismo no tiene suficientes pelotas goma para disolver tanta movilización y tanta dignidad, ni tanto gas para poder borrar la hemeroteca o tapar verdad.
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