Este fin de semana hubo una violación en Pamplona. No es que la noticia haya pasado totalmente desapercibida, pero tampoco se le ha dado demasiada importancia. Ha sido una noticia más entre muchas. No ha merecido todas las portadas. No ha sido lo único de lo que se ha hablado. No ha eclipsado todo lo demás. No ha suscitado grandes concentraciones, declaraciones ni una gran actividad institucional. Las plataformas y asociaciones feministas no se han hecho notar.
La gorra que olvidó en la huida, una de las claves para dar con el responsable del robo y la violación a una mujer en Pamplona https://t.co/QJf1ssXXTJ pic.twitter.com/zekV1w2yxO
— Diario de Navarra (@DiariodeNavarra) December 18, 2023
El caso es que el detenido, porque hay un detenido, es un joven de origen marroquí, que ha podido ser identificado gracias a los datos aportados por la denunciante, a las cámaras de seguridad y a una gorra perdida en el lugar de los hechos durante la agresión sexual.
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Diario de Navarra señala que nos encontramos ante la tercera agresión “de envergadura” en Navarra durante los tiempos recientes, y recuerda el caso de la agresión sexual que tuvo lugar en Iturrama en octubre de 2022 y la que tuvo lugar en un portal de la Plaza del Castillo en febrero de 2023.
Seis años de cárcel por violar a una mujer en un portal de la Plaza del Castillo de Pamplona https://t.co/M64JYXBbyj
— Diario de Noticias (@NoticiasNavarra) December 16, 2023
Repasando la hemeroteca de los casos citados, nos encontramos con un dato llamativo, y es que de los tres acusados por los hechos dos son de origen marroquí y el tercero de origen rumano. Parece una coincidencia algo más que casual. A negar los hechos se le llama negacionismo salvo en el ámbito de la violencia sexual importada, en el que a negar los hechos y las estadísticas se le llama progresismo.
Ingresado en prisión el detenido por @PamplonaIrunaPM por un presunto delito de agresión sexual ocurrido en Iturrama el pasado mes de septiembre.
Tras casi un mes de investigaciones se procedió a su detención este fin de semana
Buen trabajo 👏👏👏👏https://t.co/7jqVfkhdDq pic.twitter.com/z8V45W2EVy— Policia Municipal Udaltzaingoa 092 (@PamplonaIrunaPM) October 18, 2022
No hemos podido encontrar el dato de cuántos de los acusados tenían, si los tenían, antecedentes delictivos en el momento de haber cometido las agresiones sexuales o si se encontraban en España en situación irregular. Ciertamente no se puede estigmatizar a todos los inmigrantes, pero para quien no se niegue a ver la estadística claramente tenemos un diagnóstico y un perfil. Y sería bueno saber, también para distinguir entre los inmigrantes y ser justo con ellos, si estar en situación irregular o tener ya antecedentes delictivos forma parte de ese perfil habitual del agresor sexual. Sería bueno para saber y para actuar.
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Finalmente, en los 3 casos parece que también jugaron un papel importante en la detención de los agresores las cámaras de seguridad instaladas ya en muchas calles de Pamplona. Hay razones para debatir a favor y en contra de las cámaras de seguridad, pero a nadie se le escapa que hay quien se opuso a estas cámaras que ahora resuelven agresiones sexuales o disuaden de ellas sólo porque dificultaban la kale borroka o estorbaban la actividad en torno a determinados locales okupados. O sea, los mismos que parecían pulcros libertarios a la hora de colocar una cámara de seguridad en la calle después, para controlar los pormenores de tu vida y milagros, te imponen una tarjeta personal para abrir el contenedor.
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