Amigos de Linkedin (fb, ig)

Amigos de Linkedin (I)

Hubo un tiempo, muy muy lejano, en el que las personas nacían en un mundo analógico (casi todas las que leen artículos hoy en día, tampoco vamos a ponernos estupendos).

Para esas personas de la prehistoria, las relaciones, contactos, pandillas y cuadrillas eran fruto de una conexión (ahora llamada link) presencial. Tan presencial que el conocimiento era fruto de un contacto quasifísico, dependiendo si ese paleopersonaje era del norte de España -poca posibilidad de contacto- o del sur -mayor posibilidad de saludarse incluso con dos besos-.

En analogicolandia, tu primer link era la familia. Padres, hermanos, abuelos, tíos, primos con una palabra que englobaba a todos ellos: parientes.

Luego estaban los vecinos. De portal, de la casa de al lado, cuando todo el mundo se saludaba al cruzarse.

Otro link, era el parque al que te llevaban, la plaza, los columpios. Hasta aquí fácil. ¿de que conoces a fulanito o fulanita?, es amigo por pariente, por vecino, del parque.

Luego estaba el cole*. Así a secas.

*El cole es un espacio que aún mantiene su justificación existencial porque en teoría se puede aprender a convivir y a socializar, y no tanto por las materias y contenidos ya que ahora «todo está en internet». Otra justificación existencial es para que los padres hagan otras cosas como trabajar para pagar ese cole, ya sea directamente o bien a través de algo llamado impuestos, que a su vez es algo obligatorio.

Y ahí, en el cole, ya fuera desde el jardín de infancia (ahora llamado kindergarden) o en la egebé (luego logse y ahora progresa adecuadamente) se abría un mundo de posibilidades. Eran tus amigos del cole, con los que habías tenido contacto físico y compartido más de un virus (por lo visto no se habían inventado las mascarillas del covid) y habías compartido también algún golpe que otro (sobre todo si eras chico).

También estaban tus conocidos del pueblo. En las España de los 70,80 y 90 (para los que han nacido en el siglo XXI) la gente ya vivía en ciudades, pero casi todos sus padres o abuelos eran de pueblos «incluso» más pequeños (ahora llamados parques temáticos o casas rurales) donde las familias de ciudad solían ir los findes. Lo que ahora sería turismo sostenible, agrorural o vacaciones solariegas vintages. Y eran tus amigos del pueblo.

Luego estaban tus conocidos de actividades varias. Para los que tuvimos una intensa vida extraescolar, del club deportivo, de judo, de solfeo, de fútbol, violín, de la parroquia…etc.

Y no te podías comunicar cuando querías. De hecho sólamente cuando coincidías en la actividad en cuestión. Los neardentales del momento utilizábamos un teléfono único con cable. Único, no por su magnificencia, sino porque había una línea en cada familia, a lo sumo con dos o tres aparatos que se oían de manera simultánea para que los padres escuchar las conversaciones en tiempo real (el Qustodio kids de la época).

Luego llegó internet. Y una revolución en la comunicación: el correo electrónico. Y luego vinieron sus hijos y primos: las redes sociales.

Quizá facebook fue al principio una mera búsqueda en la red de personas que ya conocías en la vida real. Tanto así como que en aquella edad de hierro lo habitual era no aceptar a quien no conocías previamente (en cuerpo presente y carnal). Aunque poco a poco los analogicoespecímenes (los cromañones de internet) se mezclaron con los digitalpeople (o primeros primates nativos digitales).

En ese interregno, costaba reconocer que a fulanito le habíamos conocido «en algo de internet».
Y es que para los paleo-analógicos no contaba como contacto verdadero. De hecho había un rubor no disimulado cuando alguien de tu cuadrilla o grupo te preguntaba si conocías a tus 500 contactos de facebook. Y entonces te recordaban que esa red se inventó no para tener amigos, que o los tenías de antes o no, sino para saber su la gente de la uni tenía novia o novio, o por el contrario eran posibles futuros amigos. Pero cómo ibas a saberlo si por entonces no se había hecho la peli de Fb y de zuckerberg (mark para sus millones de amigos virtuales).

Luego vinieron otras redes como instagram donde por lo general se exhiben éxitos físicos, esqueléticos, y de diseño de telas y demás realidades susceptibles de ser proyectadas en una imagen. Imágenes donde hay mucho gato por liebre y la capacidad de filtros tan infinita que genera una inseguridad óptica en los usuarios que creen que todo lo que perciben es real y verdadero como cuando veías a fulanita o fulanito en el parque. Pero al menos la gente de Ig no presume de puestazos ni títulos ni masters. Todo es transparencia visual.

Por eso nos gusta linkedin. Donde no hay posibilidad de engaño ni doblez. Donde todo el mundo que era jefe, socorrista, vendedor o nada es ahora ceo´s y cfo´s, head, founder. Y como de lo que se trata es de tener una agenda profesional para hacer negocios el link es bienvenido. Todo el mundo ha hecho varias carreras, masters, trabajos chulísimos que diría la ínclita. El milagro de linkedin es que todo el mundo que está en la red le va bien profesionalmente. ¿no?. Antes eso no pasaba.

Y la gran pregunta. ¿se puede ser amigo de alguien al que sólo conoces digitalmente?. O quizá sea más correcto decir, ¿se puede acabar siendo amigo de alguien a quien has conocido virtualmente?.

Sí, aunque en unas redes más que en otras.

Da igual donde nos encontramos si al final nos conocimos.

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