Ayer se celebró el Nafarroa Oinez 2022, por cuarta vez en Tafalla, en la ikastola Garcés de los Fayos. Cuando hablamos de ikastola “franquista” es porque se trata de un centro que ha celebrado sus 52 años de existencia, lo que nos remonta a 1972, en tiempos de Franco y de la supuesta represión feroz contra el euskera. No es un caso extraordinario. La ikastola Paz de Ciganda, por ejemplo, data de 1970, por no mencionar que Euzkaltzaindia sobrevivió en el franquismo pese a haberse posicionado públicamente contra los alzados. No centremos por tanto todo el legado del franquismo en los pantanos. Cierto es que Euzkaltzaindia fue “depurada” y puesta en manos de euskaldunes españolistas y contrarios al frente popular, pero entonces, ¿era contra el nacionalismo y contra el frentepopulismo o contra el euskera contra lo que estaba Franco? Sea como sea interesa recordar que, frente a ciertos discursos, la historia de las ikastolas no comienza en 1976.
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Como siempre que nos referimos a estos asuntos, el problema de las ikastolas, del vascuence en general, es la politización. La politización y la libertad. Si politizas el vascuence es como si le echas veneno al vino, y después le dices a la gente que no quiere bebérselo que tiene vinofobia. Oiga, no, lo que tengo es venenofobia. ¿Y dónde está el veneno del vino?
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Otros años hemos puesto muchos ejemplos del tipo de actividades a las que se dedican los niños en las ikastolas, pero este año vamos a apuntar a la cabeza.
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El presidente la asociación Ikastolen Elkartea, que engloba a casi 110 ikastolas en el País Vasco, País Vasco francés y Navarra se emociona públicamente, en Twitter, con los homenajes a etarras⬇
Es una persona relevante en la educación que se imparte en Euskadi y Navarra. HILO pic.twitter.com/yGI7RcDbhE
— COVITE (@CovitePV) July 12, 2021
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Como puede apreciarse, el problema con las ikastolas empieza por la cabeza. Si ni a ese nivel tan visible existe ningún disimulo, ¿qué puede esperarse de ahí para abajo? No es que el vino lleve veneno, es que en la etiqueta ni se disimula que pone vino con veneno. Lo absurdo es quejarse luego o pedir la adhesión incondicional al euskera politizado, al vino con veneno.
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1. Respecto al homenaje al etarra 'Pototo', un tal Zigoto pone: "¡Pototo y el resto de los presos politícos libres! Hoy en Lekeitio otro granito en el camino de la amnistía".
Y Koldo, presidente de Ikastolen Elkartea, responde: "¡Evento magnifico y qué decir de las fotos!" pic.twitter.com/A45TcyUxyS
— COVITE (@CovitePV) July 12, 2021
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En este sentido no cabe sino sorprenderse una vez más de la presencia de representantes de ciertos partidos en la fiesta de las ikastolas. No es una fiesta inocente. No es un asunto meramente cultural o educativo. Se encuentra totalmente politizado y secuestrado por el nacionalismo. Y aunque el nacionalismo por un lado lo niegue, por otro lado no tiene problema en que el presidente de las ikastolas sea un yonki de los ongi etorris. El vino está muy bien, pero si me lo mezcla con veneno no me reproche nada si yo lo escupo.
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Un comentario
Hay un error, la ikastola Paz de Ciganda es más franquista todavía. Empezó su actividad con el nombre de Real Sociedad de Amigos del País de Pamplona en 1964 en un piso de una de las familias, con un reducido grupo de alumnos que fue aumentando. Al aumentar se trasladó primero auna bajera en Santa María la Real y después a una bajera en la avenida de Bayona, aproximadamente hacia el número 44, y fue en 1970 cuando se separó San Fermín al irse a los locales del Verbo Divino en Cizur. Recibió un legado y cambió su nombre a ikastola Paz de Ciganda.
Y lo sé yo que de chiquitico fui a la ikastola Paz de Ciganda en la bajera de San Juan.