Uno de los acontecimientos que se van a visualizar durante las celebraciones y el desfile del 12 de octubre, el Día de la Hispanidad y la Fiesta Nacional de España, va a ser la desaparición de la famosa Patrulla Aguila, el popular grupo acrobático del Ejército del Aire. No es exactamente que desaparezca, sino que una vez terminada la vida útil de los aviones, los reactores CASA C-101 Aviojet, de fabricación española, la patrulla pasará a contar con aviones de hélice modelo Pilatus PC-21, de fabricación suiza. No sólo eso, la Patrulla Aguila cambia su denominación y pasa a denominarse, si nadie lo remedia, Formación Mirlo. ¿Algo más para empeorar? Parece que la Formación Mirlo no dibujará con humo la bandera española en el cielo porque colocar los lanzadores de humo en los Pilatus es un asunto demasiado complicado como para haberlo resuelto en unos meses. La decadencia de la España sanchista no puede resultar más simbólica.
La Formación Mirlo relevará a la Patrulla Águila con aviones PC-21 el 12 de octubre: https://t.co/GMzAvevjp1
— Defensa y Aviación (@DefensaAviacion) October 5, 2025
La nueva unidad volará en el desfile aéreo del Día de la Fiesta Nacional de España en Madrid con cinco de esos aviones.
El Pilatus, pese a ser un avión de hélice, tiene unas prestaciones similares a las del C-101 que usaba la Patrulla Aguila. No obstante, a nivel de imagen la vuelta a los aviones de hélice representa un retroceso. La idea de progreso se compadece mal con los aviones de hélice. China u otros países presentan nuevos aviones furtivos y nosotros regresamos a los aviones de hélice, aunque sea para un avión de entrenamiento o acrobático. Las patrullas acrobáticas de los países de nuestro entorno tienen desde luego aviones reactores. El paso adelante en todo caso habría sido optar por un reactor de más potencia de la que ofrecía el viejo C-101.
— Gregorio Hita Rojo (@HitaRojo) June 8, 2025
Por otro lado, el C-101 era un avión fabricado por CASA, una empresa española. De nuevo se visualiza aquí un retroceso en la industrialización española. Ahora CASA ha sido absorbida por Airbus de la que el estado español es sólo un diminuto accionista. Bastante tenemos con colocarles los botes de humo a los Pilatus como para fabricar aviones propios. Tampoco se trata de parodiar la situación de una forma exageradamente injusta porque Airbus ensambla y fabrica en plantas españolas diversas piezas para aviones civiles o el Eurofighter, pero como en todo lo demás perdemos soberanía, autonomía defensiva e independencia. El Pilatus además ni siquiera es tampoco un avión de Airbus sino un modelo suizo. Mientras los Blue Angels estadounidenses hacen sus pasadas con los F-18, o los propios suizos dotan a su patrulla acrobática con un viejo reactor F-5, nosotros hacemos ahora las exhibiciones con avionetas. Volvemos a la tecnología de los años 40, o al menos esa va a ser un poco la percepción del público. Antes teníamos aviones reactores y además los fabricábamos nosotros, aunque no fuera 100% nosotros.

Sólo faltaba cambiarle el nombre a la patrulla, y encima llamarla Formación Mirlo. Un águila es un águila, un ave rapaz, un mirlo es un pajarito. Si la imagen visual de volver a los aviones de hélice ya resulta poco sugestiva, cambiar el nombre de “águila” por el de “mirlo” resulta casi ridículo. Simbólicamente es todo un desastre. Por otra parte, conseguir crear una marca identificable es un proceso extraordinariamente esforzado y costoso. Todo el mundo conocía ya la Patrulla Aguila y nacional e internacionalmente era un grupo de reconocido prestigio. Un cambio de marca no tiene sentido salvo cuando se impone un cambio porque una marca o unas siglas quedan totalmente cubiertas de desprestigio. PSOE, por poner un ejemplo.
Mirlo era el sobrenombre con el que se denominaba oficialmente al pequeño pero entrañable reactor CASA C-101 que tenía la Patrulla Aguila hasta ahora. Sin embargo, entre los pilotos el nombre popular para referirse a él era “culopollo”. ¿En qué momento la imagen que queremos transmitir para un grupo militar es la de un mirlo en vez de la de un águila? ¿Por qué le ponemos a la nueva patrulla el sobrenombre del avión anterior? Y ya puestos, ¿por qué no la llamamos entonces la Patrulla Culopollo? Ciertamente no basta con cuidar los símbolos para detener la decadencia real, pero la decadencia real poco a poco se va trasladando a los símbolos. Por lo menos todavía no estamos ante la Patrulla Chistorra. O sea, existe ya en España la patrulla o la banda de la chistorra, pero no vuela, o quizá en Falcon, sino que viaja en Peugeot. Lo que pasa es que esa banda o patrulla manda y la pregunta es si eso es causa o consecuencia de la decadencia de España, de lo que como tantas situaciones seguramente esta de las águilas venidas a menos también es señal de alarma a la par que un mero reflejo.