Ya es oficial. O sea, para el gobierno y sus socios no sólo no es ya un secreto o siquiera un proceso discreto sino una celebración. Todos los presos de ETA están ya cumpliendo pena (los que siguen cumpliendo pena) en cárceles del País Vasco y Navarra. El próximo paso es ya la aministía total. Seguramente no se le llame así, pero en breve probablemente no quede ningún preso de ETA en la cárcel. No es tampoco casualidad. Hace tiempo Otegui, aunque hablando para su gente, explicó que el apoyo de Bildu a Sánchez tenía como contrapartida a los presos de ETA. Los hechos confirman que lo que dijo Otegui era verdad. Presupuestos por presos. No es que el PSOE sea un partido del que te puedas fiar, salvo que su permanencia en el poder dependa de ti. Naturalmente los presos ni se han arrepentido ni han pedido perdón. Tampoco la izquierda abertzale ha dejado de llamarlos presos políticos, ni los ha calificado como asesinos, ni ha reconocido que habían sido justamente condenados por sus actos. Ni lo han hecho por un proceso de autocrítica ni tampoco porque se lo hayan exigido. Lo de Otegui de lehendakari lo damos ya casi por descontado, pero nos falta por ver cómo colocan estatuas de etarras en las plazas o los meten en sus listas electorales. Todo se andará. De momento más que pedir perdón ellos parece que nos exigen que pidamos perdón a los demás.
Otegi muestra su "alegría contenida" ante el fin de la política de dispersión de presos de ETA, "que nunca debió ponerse en marcha" y que "ha dejado como único logro la prolongación cruel de sufrimiento": "Nuestro pueblo merece un horizonte sin presos" https://t.co/oslwd92ksZ pic.twitter.com/SpgWJDqXpV
— Europa Press (@europapress) March 24, 2023
Al calor de esta noticia, Koldo Martínez, el candidato a la alcaldía de Pamplona por Geroa Bai, no ha podido evitar el pronunciarse exhibiendo su satisfacción. Martínez apunta el hecho de que los etarras no se hayan arrepentido, pero en un texto en el que lo cojamos por donde lo cojamos todo está mal.
Ongi etorriak! Pero mi alegría sería aún mayor si todxs ellxs tuvieran la #ValentíaMoral de decir que los crímenes que cometieron fueron un error político y que nunca debieron usar la violencia! #MemoriaParaConLasVíctimas #BakeaDaBidea #NuncaMásTerrorismo #GizaEskubideakDenontzat pic.twitter.com/Qe7OFRvNbP
— Koldo Martínez Urionabarrenetxea (@komaur) March 24, 2023
En primer lugar Koldo Martínez les da la bienvenida a los etarras. De todos los delincuentes vascos o navarros, sólo a los etarras se les da la bienvenida cuando vuelven a su tierra. A nadie normal le da un alegrón que un violador, un maltratador o un asesino que no mate enemigos del nacionalismo salga de la cárcel o sea trasladado de aquí para allá. Como mucho acepta sin emoción que eso suceda en cumplimiento de los plazos o circunstancias que establece la ley. Las palabras ongi etorri se han convertido además aplicadas a los etarras en un identificador ideológico que Martínez no ha querido eludir. Pero hay mucho más.
Primero el Consejo de Europa. Ahora Estrasburgo. Insistimos: la dispersión la autoimponen los etarras presos que se niegan a abandonar #ETA pic.twitter.com/nqRqztnD0d
— COVITE (@CovitePV) March 2, 2017
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Koldo Martínez llama “error político” a los asesinatos de ETA. ¿En qué universo moral los crímenes pueden ser un acierto político? ¿Cómo puede ser el reproche de los crímenes que fueran un error político? Si hubieran sido un acierto, ¿ya no serían reprochables? ¿Lo serían un poco menos? Y de hecho, ¿seguro que no han sido un acierto político? Es decir, tras décadas de ejercicio de violencia política contra sus adversarios, ¿no ha sido beneficiado el nacionalismo vasco? Aún hoy, ¿existe libertad plena para no ser nacionalista en el País Vasco? ¿Juegan en las mismas condiciones los nacionalistas y los no nacionalistas? Ya puestos a hacerse preguntas incómodas, ¿no ha dejado ETA de matar sólo porque ya había conseguido imponer este tablero inclinado a los no nacionalistas? Y por supuesto ETA ya no mata, pero entre que ETA no mate y que haya plena normalidad para defender cualquier opción política en Navarra y la CAV queda todavía un buen trecho.
Aún hoy un 48% de los vascos solo se sienten libres para hablar de política con “ciertas personas” o con “casi nadie”.
Defendemos una Euskadi en la que todos podamos expresarnos sin miedo y una regeneración ética para que la libertad llegue a todos lados https://t.co/xtvSEfC9CO
— NNGG Euskadi (@NNGGPaisVasco) December 14, 2022
Las tres líneas escasas de texto de Koldo Martínez difícilmente pueden contener más despropósitos en menos espacio, porque dice que se alegra del regreso de los etarras aunque no reconozcan que matar fue un error ni reconozcan que no debieron usar la violencia. O sea, el candidato de Geroa Bai a la alcaldía de Pamplona dice que su alegría sería mayor si hicieran autocrítica, pero que se alegra de todos modos aunque no la hagan. ¿Alguien se imagina a un político diciendo que, aunque no haya reconocido que violar niños o matar gays está mal, se alegraba de que un pederasta o un asesino en serie de homosexuales volviera a una cárcel de su tierra? ¿O es que en el fondo matar, mutilar y aterrorizar a los no nacionalistas es un asunto menos reprochable que lo otro? Desde luego en las fiestas populares o en las korrikas las únicas fotos de delincuentes vascos que se exhiben son las de los etarras.
A más de la mitad de las víctimas del terrorismo en España, con independencia del grupo terrorista que haya perpetrado los atentados, se les han negado sus derechos a la justicia y a la verdad.
No solo a los asesinados, también a los heridos en atentados. HILO IMPORTANTE⬇ pic.twitter.com/GvuJRPNt1n
— COVITE (@CovitePV) April 26, 2022
Podría pensarse que Koldo Martínez ha escrito sin más un tuit poco afortunado, pero cabe preguntarse si pensar de este modo no resulta un tanto ingenuo y si el candidato de Geroa Bai no debería ser el primero en analizar críticamente si no ha cometido un “error político”. O sea, este tuit cabría interpretarlo como un síntoma más de la anormalidad en la que a fin de cuentas seguimos viviendo y de la que el propio Koldo Martínez forma parte en alguna medida. Es decir, aquí hemos normalizado que un condenado por secuestro sea el líder de un partido político. Es Consuelo Ordóñez y no Otegui la que se ha tenido que ir a vivir fuera del País Vasco. Todas las víctimas agredidas por la manada abertzale de Alsasua así como sus familias se han tenido que ir a vivir a otra parte, mientras que la madre de uno de los agresores se ha convertido en diputada. Los presos de ETA vuelven al País Vasco y Navarra entre el alborozo nacionalista aunque no se hayan arrepentido, y aunque esa falta de arrepentimiento fuera la causa de su alejamiento, pero los restos de Miguel Angel Blanco ha habido que trasladarlos a Galicia para que no se siguiera profanando continuamente su tumba. El umbral de moralidad es que Koldo Martínez está contento pero no muy contento.
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