Asirón exige a VOX Navarra 30.000 euros por llamarlo etarra. Pero Bildu no predica el respeto con el ejemplo.

Asiron reclama 30.000€ a Vox Navarra mediante una demanda por haberle llamarle alcalde etarra de Pamplona y acusarle de patrocinar el terrorismo.

El origen de la demanda es un tuit de la cuenta en X de VOX Navarra en la que se denunciaba el cartel de fiestas de San Fermín Chiquito 2024, patrocinado por el Ayuntamiento de Pamplona, el cual incluía entre toda la habitual simbología abertzale, y sólo la simbología abertzale, la bandera de los presos de ETA. VOX denunciaba además que el politizado programa de fiestas incluía un anuncio de Sortu.

¿Cuál es el problema de Asirón con la ETA más allá de los calificativos de VOX? A nadie se le escapa la vidriosa relación de Bildu con ETA. Bildu es una coalición cuyo partido dominante es Sortu. Sortu es un partido trufado de personajes que provienen de ETA, empezando por Otegui, el secuestrador etarra que ha sido fundador y secretario general de Sortu y actualmente coordinador general de Bildu. El último jefe de ETA, David Pla, forma parte sin ir más lejos de la ejecutiva de Sortu. Bildu llama abiertamente presos políticos a los presos de ETA en vez de llamarles asesinos y reclama su impunidad. ¿Cómo se puede reclamar la impunidad de los etarras o considerarlos presos políticos si no se exculpan sus actos y si no se niega por tanto su condición de tales a sus víctimas? La mano derecha de Asirón en el Ayuntamiento de Pamplona es Joxe Abaurrea, un delincuente confeso e histórico batasuno que no condenó el asesinato de Tomás Caballero ni ninguno otro cometido por ETA en aquellos momentos. Esta ausencia de condena de los asesinatos de ETA es característica no sólo de este subordinado de Asirón, sino también de todos los superiores de Asirón, como el citado Otegui o Adolfo Araiz, otro destacado miembro de la ilegalizada Mesa Nacional de Batasuna. Recordemos la división de funciones que existía en ETA, en virtud de la cual había una rama legal que acudía a las instituciones y un grupo de pistoleros que mataba a los que osaban llevarles la contraria en esas instituciones. ¿Qué clase de persona escrupulosa con la violencia etarra formaría parte de Bildu? A lo mejor es esto lo que Asirón debería preguntarse. O sea, es como ofenderse porque te llamen nazi o antijudío formando parte de un partido sucesor del NSDAP liderado por Goebbels y Rudolf Hess.

No sólo eso. Asirón y el resto de concejales de Bildu en Pamplona tuvieron que indemnizar hace menos de dos años con 4.000 euros a una concejal de UPN por compararla con Hitler. Es decir, no se puede decir que a la hora de exigir respeto Asirón haya predicado demasiado con el ejemplo. Llamativo también es que Asirón considere 7 veces más grave llamarle etarra a él que llamar su grupo nazi a una concejal, o por lo menos exige como indemnización 7,5 veces más que la cantidad que su grupo pagó.

La hemeroteca de Bildu por lo demás no es un ejemplo a seguir. Es fácil encontrar todo tipo de referencias llamando fascistas al PP y a VOX o “nazis” y “asquerosos” a los miembros de las fuerzas de seguridad. Bildu no puede tener una vara de medir para él y otra para los demás. Antes de pedir respeto hay que respetar. Y por otro lado, una cosa es no respetar y otra decir la verdad. La vidriosa relación de Bildu con la violencia etarra a través de sus principales figuras es historia, es verdad.