El sanchismo se pasa el día hablando de los bulos y la desinformación de la extrema derecha. Todo se reduce a dividir lo publicado entre lo que enaltece al sanchismo y mentiras de la extrema derecha. Toda crítica al gobierno es un bulo. Todo lo que no favorece a Sánchez es desinformación. La desinformación además es un problema gravísimo que debe ser combatido con contundencia. O sea, que toda crítica al gobierno debe ser combatida con contundencia. Democracia en el sanchismo no es que la prensa controle al gobierno, sino que el gobierno controle a la prensa. ¿Pero qué pasa con todos los bulos y toda la desinformación que proviene del sanchismo y de sus altavoces mediáticos? ¿Cuál es la realidad de las fake news? ¿Quién desinforma? ¿Dónde está el verdadero problema? ¿Por dónde habría que empezar a perseguir la desinformación? ¿Qué nos dice la hemeroteca?
Irene Montero: «No se conoce ni se va a conocer una sola reducción de penas, es propaganda machista»
Fernando Simón: «Nosotros creemos que España no va a tener, como mucho, más allá de algún caso diagnosticado, esperemos que no haya transmisión local, si la hay será transmisión muy limitada y muy controlada»
El ‘doctor Mateo’ presentaba en El Intermedio junto al Gran Wyoming una nueva epidemia descubierta por la ‘comunidad científica’ que se expandía más que el COVID-19: el ‘tontunavirus’. Era «una enfermedad que se alimenta a través del miedo y que se transmite boca a boca, especialmente en los círculos de cuñados y abuelas asustadas». Su principal causante era la sobreinformación, la «exposición prolongada a noticias y artículos sin base científica, y algo asociado a tener mucho tiempo libre». La ‘comunidad científica’ recomendaba para evitar el tontunavirus «evitar los titulares alarmistas», «informarse solo a través de medios fiables» (a la vista está que La Sexta no sería uno de ellos) o «no hacer caso a los bulos».
Los programas de la izquierda que hacen bandera de combatir la desinformación son los primeros en perseguir a quienes publican información cuando no favorece al gobierno. ¿Cuál fue la primera reacción de los medios sanchistas cuando se empezó a hablar de las fiestas de Abalos? Llamar basura a los medios que comenzaban a denunciarlo.
¿El gran apagón? ¿Qué gran apagón? Haga caso sólo de los medios de izquierda y de las fuentes oficiales. Hablar de un posible apagón es (era) desinformación.
Información más oficial que una declaración del presidente del gobierno no la hay. Hemos escuchado sin embargo a Sánchez repetir 20 veces que no iba a pactar con Bildu, que no habría indultos, que no habría amnistía a cambio de votos, que la amnistía además era inconstitucional, que un gobierno sin Presupuestos debe convocar elecciones, que había que despolitizar la Justicia, que RTVE debería ser plural, que no metería a Pablo Iglesias en el gobierno porque no dormiría tranquilo, que no pactaría con Podemos porque «El final del populismo es la Venezuela de Chávez, la pobreza, las cartillas de racionamiento, la falta de democracia y la desigualdad». ¿Puede ser Pedro Sánchez, el político más mentiroso de la historia de España, el gran perseguidor de los mentirosos y el gran campeón de la verdad?
Cuando comenzó la pandemia, los medios que llaman pseudomedios a los medios no gubernamentales recomendaban no ya no tomar ninguna medida de protección frente al COVID, sino directamente ABRAZAR a los contagiados. ¿Son estos los medios a través de los cuales ahora debemos informarnos cuando haya una crisis o una emergencia de salud?
Recordemos también al líder e ideólogo de Podemos, Pablo Iglesias, supuesto azote de la casta y ejemplo de la lucha contra la corrupción, llamando “periodismo basura” a los medios que ya en 2021 denunciaban la famosa fiestecita de Abalos en el parador nacional de Teruel.
Todos podemos recordar también la persecución contra los jueces que están investigando las denuncias por corrupción contra miembros del sanchismo. Esta persecución ha incluido noticias falsas como los famosos dos DNI del juez Peinado. El bulo sin embargo fue premiado elevando a la directora de El Plural a la cúpula de RTVE.
Atención especial merece al caso de ERC. Pese a que Rufián se presenta como otro de los paladines de la lucha contra la desinformación, ERC es el único partido respecto al que consta una estructura secreta dedicada a esparcir desinformación y noticias falsas. El caso más ilustrativo es la denuncia de Rufián de un muñeco ahorcado de Junqueras. El muñeco lo habían colgado sin embargo miembros de la propia estructura secreta de ERC para generar falsas banderas. Rufián, que se encargó de viralizar esta intoxicación, propone no obstante multas de 250.000 euros para quienes esparzan un bulo.
Podríamos seguir con la lista hasta el infinito. ¿Dónde están por ejemplo las casi 200.000 viviendas prometidas por Pedro Sánchez? Como puede apreciarse, el sanchismo carece por completo de legitimidad para hablar de bulos. No sólo eso: el sanchismo tendría que ser el primero en echarse a temblar si realmente se aprobaran leyes para perseguir a los desinformadores y mentirosos. ¿Por qué el sanchismo promueve sin embargo medidas implacables para perseguir a los bulos cuando es el primer propagador de bulos? La respuesta es evidente. El sanchismo no llama bulos a los bulos. El sanchismo llama información a todas sus mentiras y bulos a todas las verdades que incomodan al gobierno. De lo que se trata por tanto no es de perseguir a la mentira sino a la crítica.
